Secciones
Servicios
Destacamos
Fue el 1 de enero de 2021 cuando fallecieron dos operarios del servicio regional de Carreteras arrastrados por un alud de grandes dimensiones, mientras limpiaban la calzada con una máquina de gran tonelaje. Eran César Fernández y Virgilio García. Ahora, la familia del segundo de ... ellos acusa a quien era entonces jefe del Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras del Principado de homicidio imprudente ya que «incumplió los más elementales deberes de cuidado que la normativa en materia de prevención de riesgos laborales le imponía, al omitir la evaluación del peligro que materializó el accidente y no facilitar la suficiente información y formación a los trabajadores en materia de prevención», según se detalla en el escrito de calificación provisional de su letrada, María Martín. Es por eso por lo que se reclama un total de siete años de prisión; tres por un delito contra los derechos de los trabajadores, y otros cuatro por homicidio por imprudencia grave.
Virgilio García Orgeira, el hijo de una de las víctimas, aseguró a EL COMERCIO que, con esta petición, «no buscamos venganza por lo que ocurrió entonces, por la muerte de mi padre, eso ya no se puede cambiar». Pero sí que se pretende que hechos como los acaecidos «no se repitan otra vez y que los compañeros de trabajo de mi padre no corran la misma suerte por la posible negligencia de su responsable». Y es que García hizo hincapié en que, a diferencia de la Fiscalía del Principado, la familia reclama la inhabilitación para esta persona investigada, para que no pueda ocupar de nuevo puestos de trabajo similares.
Según el escrito de esta acusación particular, ese 1 de enero de 2021, César Fernández Ordóñez y Virgilio García García se encontraban realizando labores de limpieza con la máquina quitanieves en la carretera AS-112 (Ujo-Puerto San Isidro), como consecuencia del temporal de nieve que estaba sufriendo la región. El capataz de la brigada de Conservación de Carreteras de Aller, que en ese momento ejercía labores de celador de área, activó el dispositivo para enviar a la zona un camión quitanieves con cuña y una máquina quitanieves dinámica para abrir la carretera.
En el escrito de calificación, se señala que a las 9.40 hora se decidió cerrar el puerto, dando comunicación al 112 y ordenando colocar en Cuevas– donde comienza el puerto– las señales indicativas de tal situación, «sin que se colocara advertencia alguna en sentido descendente ni se comunicara este hecho a las autoridades Castilla y León, pues no existe coordinación entre ambas comunidades para el cierre de la carretera en sus vertientes leonesa y asturiana». Es por eso por lo que hubo conductores que iniciaron el descenso por el vial, quedando atrapados tras un primer alud.
Con dificultades –y sin forma de poder comunicarse con los operarios– los operarios llegaron a la altura del mirador de Zuvillaga. Según el escrito, una de las personas atrapadas mantuvo una conversación con los operarios y Virgilio le indicó que tenían que desatascar la chimenea de la máquina quitanieves para poder proseguir con la limpieza de la carretera que les impedía el paso, «tras manifestar que era una zona muy peligrosa donde estaban parados, debido al alto riesgo de aludes, sin tener más opción en ese momento al tener delante un alud que debían limpiar y detrás un vehículo, estando la máquina quitanieves atrapada entre el alud y el coche». César salió de la cabina y se dirigió a la parte delantera para iniciar el desatasco, ya que lo realizan con palas manuales quitando la nieve y restos de ramas. Virgilio salió también para orientar la chimenea.
Fue entonces cuando se produjo el fatal alud. Como consecuencia del accidente, los dos trabajadores resultaron fallecidos. Cesar Fernández Ordoñez fue encontrado sepultado por la nieve horas más tarde, el mismo día del accidente, en un lugar próximo a donde inicialmente estaba la máquina quitanieves. Virgilio García García apareció días más tarde (30 de enero de 2021), también sepultado por la nieve, ladera abajo por donde se precipito la máquina quitanieves arrastrada por el alud.
La zona donde se produjo el alud que causó el accidente es una zona considerada como especialmente peligrosa por el peligro de avalanchas, se indica en el texto, y constituye un punto donde confluyen tres vaguadas (dos relativamente pequeñas y una central mucho mayor) que descienden por la vertiente oeste del Pico Valverde (1.968 metros), con una fuerte pendiente que propicia el desprendimiento del manto nivoso.
Además, en la zona donde se produjo la avalancha no existen viseras anti-aludes. «En la evaluación de riesgos laborales aparece evaluado el puesto de trabajo como 'palista-maquinista-conductor', pero no está identificado ni el riesgo ni ningún factor de riesgo relacionado con la posibilidad de la existencia de aludes o factores climáticos adversos como los que se dieron el día que ocurrió el accidente». Tampoco, en dicha evaluación, están contemplados los trabajos de limpieza de la carretera con la máquina quitanieves.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.