La Policía detiene al «vecino conflictivo» del barrio langreano de El Puente

El desencadenante de esta situación, como adelantó EL COMERCIO, fue «el comportamiento violento e inestable del ahora detenido» en los últimos días. El arrestado, que ya ha estado en prisión por otras causas, agredió a dos de sus vecinos el pasado domingo con una barra de hierro, si bien aseguraba ayer que «no les agredí, el hombre se cayó de la borrachera que tenía». Tras ser notificado de que había sido denunciado en la mañana de Nochebuena subió a la casa de estos dos hermanos, Raúl y Juan José Pérez, entrando en ella por la fuerza, algo que está denunciado.

En torno a las doce y dieciséis minutos de la mañana se personaron ayer en el barrio varios agentes en tres patrullas de la Policía Nacional con una orden judicial para proceder a su detención. Desde la calle comunicaron al vecino esta situación invitándole a abrirles la puerta de su casa o en su defecto salir a la calle. Intentaron sin éxito conversar con él y se atrincheró en su piso junto a sus dos hijos menores de edad –su mujer había salido a comprar tabaco– y exigiendo que le mostrasen la orden judicial de su detención. Con la intención de que la situación no se descontrolase, ya que en varios momentos amenazó a los agentes gritando «que entre uno, que le agarro del cuello», y con la orden judicial en la mano se decidió subir al piso y forzar la puerta para proceder a la detención de A. M. C. M. y así se hizo. Una vez dentro los agentes, no opuso mayor resistencia y bajó por su propio pie hasta el vehículo policial que los esperaba a la puerta del portal.

Eran las doce y cincuenta y seis minutos de la mañana. Ya en la calle gritó a su mujer: «Espérame que ahora vuelvo». Promesa que por le momento no ha podido cumplir al encontrarse en los calabozos langreanos de la Policía Nacional a la espera de pasar esta mañana a disposición judicial. Mientras los coches policiales abandonaban el barrio de El Puente, la mujer del detenido gritaba desde la misma ventana en la que antes estaba su marido: «A dónde lo lleváis, a dónde lo lleváis». Minutos después desde el rellano su mujer se quejaba de que «hoy no hizo nada, no quiere salir de casa porque tiene miedo de que le pegue la Policía».

Los vecinos del barrio mostraban su satisfacción por la detención. El alcalde de barrio, Julio Fueyo, aseguraba que «lo hemos pasado muy mal, no queremos echarles. Si se comprometen a convivir pacíficamente, no pasaría nada». Por su parte los dos hermanos agredidos hace unos días confirmaron que en la mañana de ayer «hablamos con el juez y pedimos una orden de alejamiento que nos dio. No puede acercarse a nosotros a menos de mil metros», explicaron. Por lo que pase lo que pase esta mañana en el juzgado no podrá volver a su domicilio en el barrio de El Puente.