Secciones
Servicios
Destacamos
Este martes la tercera sesión del juicio por la muerte de María Teresa Aladro en 2021 acogió la declaración de diez agentes de la Guardia Civil que tuvieron que intervenir esa fatídica madrugada del 20 de mayo.
Los primeros en declarar fueron los dos ... agentes que estaban de guardia en el cuartel de Pola de Laviana y que detuvieron a Senén Fernández, acusado haber asesinado a su mujer con una escopeta. Ambos ratificaron que al recibir el aviso se trasladaron al domicilio de la víctima y de camino se encontraron con un vehículo que «circulaba en dirección contraria hacia nosotros y al llegar a nuestra altura, el conductor nos dice 'mi hermano ha matado a su mujer'», así que procedieron a la detención del sospechoso.
Con el acusado en el asiento trasero del vehículo se dirigieron al domicilio donde se había cometido el crimen, donde ya estaba el hijo del matrimonio con su tía. Uno de los efectivos accedió al domicilio con el joven; al localizar a la mujer en el suelo procedió a tomarle el pulso y confirmar que estaba fallecida. A pesar de ello los sanitarios personados en el lugar trataron de reanimarla. Ya habían pasado más de veinte minutos después de recibir los dos impactos de bala, ya que, según les dijo el acusado, le había disparado entre las cuatro menos diez y las cuatro menos cinco de esa madrugada.
Uno de estos agentes, perteneciente al Servicio de Criminalística de Gijón, explicó que la fallecida «no tenía quemaduras en su manos», lo que a su juicio confirma que «no había tocado el arma». Además, explicó que se buscaron en las manos de María Teresa Aladro posibles restos de haberse defendido que no fueron encontrados.
El jurado pudo comprobar en un reportaje fotográfico cómo la víctima se encontraba en camisón y con las zapatillas puestas tendida boca abajo en el suelo, en el hueco entre la cama y al armario. Tenía dos impactos de bala a corta distancia que le produjeron la muerte.
A criterio de los especialistas de la Benemérita una de las balas entra por la parte delantera saliendo por la parte alta de la espalda, y la otra impactó por la espalda. Ambos proyectiles fueron recuperados al atravesar el cuerpo de la fallecida; uno de ellos estaba en la almohada encima de la cama, y el otro en el suelo tras haber impacto contra el cabecero.
También hubo una inspección del resto del domicilio, concluyendo que no presentaba evidencias que pudiesen ser tomadas en consideración para el crimen.
El miércoles por la mañana está prevista la cuarta sesión, en la que comparecerán los forenses y dos agentes de la Guardia Civil de Castilla y León especialistas en balística. La previsión es que arrojen luz sobre el arma utilizada y la posición del acusado y la víctima en el momento de los disparos, que es donde se establecen más discrepancias entre las acusaciones y la defensa.
Sí queda claro que se trata de una de las primeras armas fabricadas por los Herederos de Joaquín Fernández en Eibar, probablemente en 1912 o 1913 y de escasa calidad; para la que además el acusado no tenía los papeles en regla.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.