Los sindicatos piden unión, tras las críticas de trabajadores, para afrontar el futuro de Hunosa

Desde los sindicatos mineros se manifiesta que «estamos inmersos en el proceso de negociación de la segunda fase del plan de empresa más complejo de la historia de Hunosa, en el que debemos dotar de un futuro sostenible a la compañía tras el inevitable abandono de la que ha sido la actividad principal que la ha definido durante más de 50 años: la extracción de carbón».

La negociación de esta segunda fase del plan debía haberse iniciado en el segundo semestre de 2021, pero circunstancias ajenas a nuestra voluntad la han retrasado. La subasta de energías renovables, la pandemia de la covid-19, el inesperado adelanto de elecciones generales y el cambio de presidencia de la compañía han pospuesto el inicio de las reuniones de forma inevitable, se justifican estas formaciones.

«Somos conscientes, y así se lo trasladamos a la SEPI en todas y cada una de las reuniones, del hartazgo de los trabajadores, que llevan años soportando la incertidumbre de no saber cuál va a ser su futuro. Precisamente por ello, hemos mantenido reuniones a lo largo de diciembre con la delegada del Gobierno en Asturias, con el presidente del Principado, con el grupo parlamentario de IU y con los ayuntamientos de las cuencas, todo ello para trasladar esta difícil situación y pedir su apoyo para exigir acelerar la negociación y el desarrollo de un plan industrial de futuro».

SOMA y Comisiones aseguran que, desde el inicio de la negociación, se ha ido informando puntualmente a la plantilla, trasladando en múltiples asambleas el desarrollo de las reuniones mantenidas con la dirección. «Nuestra labor ha sido clara, firme y comprometida con la defensa de los trabajadores, como siempre han hecho estas organizaciones sindicales. Al cabo de meses de reuniones, hemos llegado a la situación actual en la que, como resultado de la presión ejercida el pasado diciembre tras convocar una huelga de 24 horas y mantenernos después cuatro días en las oficinas centrales en asamblea permanente, la SEPI, con su vicepresidente a la cabeza, tomó el mando de la negociación».

Los sindicatos defienden que su labor se basa en la defensa de los intereses colectivos «de todos los trabajadores. Las reivindicaciones personales, por legítimas que puedan parecer, no deben anteponerse al bienestar común. Permitir que intereses individuales dicten nuestras acciones fragmentaría nuestra cohesión y debilitaría nuestra posición en las negociaciones».