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La posibilidad de que el propietario del cementerio San Andrés, de la localidad de El Entrego, vuelva a cerrar sus puertas preocupa a los vecinos de la localidad. La razón no es otra que un incumplimiento del acuerdo de uso que la propiedad firmó con el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio a principios de abril de este año y que propició la reapertura del camposanto, cuatro días después de su cierre por jubilación del dueño.
El 5 de abril, el Ayuntamiento acordaba que el cementerio pasase a depender del Consistorio, con el compromiso de pagar los 74.000 euros, cantidad con la fue valorado el recinto con el último peritaje efectuado por una consultora externa. Fue la presión vecinal la que impulsó un acuerdo entre Ayuntamiento y la propiedad del camposanto cuatro días después de que tuviese lugar su cierre.
Con la apertura se recuperó el acceso a los propietarios o vecinos con nichos en alquiler, y la normalidad en la prestación de los servicios funerarios. El propio regidor José Ramón Martín Ardines era el encargado de abrir de nuevo las puertas del recinto.
No obstante, no se cerraba el litigio por las diferencias de las partes en la valoración del cementerio; la primera tasación fue de 489.284 euros, que se dirimirá por la vía legal en el marco del expediente de expropiación que promueve el Consistorio.
Ahora, ese dinero que propició el acuerdo, según ha podido conocer EL COMERCIO, aún no se ha abonado, fundamentalmente, por «la lentitud de los trámites administrativos», pero que se espera poder realizar en un breve espacio de tiempo.
Vuelve la preocupación ante un hipotético cierre de la instalación, si bien desde el Consistorio se transmite cierta tranquilidad al respecto, mientras se asegura que se está trabajando para realizar dicho pago a la mayor brevedad posible.
Por su parte, los vecinos insisten que «tememos que se vuelvan a cerrar las puertas sino se paga pronto al propietario». Pero, además, inciden en que «el Ayuntamiento no está cumpliendo con lo prometido porque ni paga ni siquiera mantiene limpio el cementerio; un día quitaron cuatro artos y creen que es suficiente».
Atentos a lo que podría derivar en un cierre indeseado, los vecinos y usuarios de este inusual cementerio centran su preocupación en el estado de suciedad que presenta todo el recinto. Las techumbres de la mayoría de las baterías de nichos están invadidas por artos y malas hierbas que bajan por las paredes.
El suelo está lleno de maleza, que crece en grietas y descorches, y la suciedad se acumula en todos los pasillos y zonas de paso. El aspecto, explican los usuarios, «es de vergüenza y de pena», a pesar de que reconocen que «algunos limpiamos un poco nuestra zona».
Atendiendo a esta preocupación, desde la formación política Arranca San Martín se ha propuesto que «los vecinos nos organicemos para efectuar una limpieza en modo de protesta junto a la colaboración con la Asociación de vecinos y la Plataforma de los afectados del cementerio San Andrés».
Propuesta que no ha caído en saco roto y son muchas las personas que están dispuestas a organizar cuadrillas y, en los próximos días, ir al camposanto a realizar lo que, aseguran, «será la limpieza de la vergüenza». Otros opinan que se debe insistir en el Ayuntamiento, con concentraciones y protestas para que vayan a limpiarlo; «tienen cuadrillas de formación que pueden hacerlo, pero parece que no les importa», explicaba ayer un vecino.
Este nuevo capítulo del cementerio entreguín reabre viejas heridas que comenzaron a formarse hace más de una década cuando a los propietarios del cementerio les subieron cuotas, pero se desatendieron la limpieza y el mantenimiento.
Desde entonces, nada mejoró; incluso, este año, se anunció el cierre del recinto por jubilación, algo que ya se había comunicado al Ayuntamiento meses antes. Con cerca de 3.000 vecinos reposando en el equipamiento, la compra por el Consistorio parecía la mejor idea, pero la necesidad de invertir cerca de 800.000 euros en mejorar las graves deficiencias del mismo derivó en una guerra de cifras sobre el precio de venta. Dos tasaciones encargadas por el Ayuntamiento en distintos momentos no facilitaron la contienda la primera establecía el precio en medio millón de euros y, la segunda, en 75.000.
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