
La calle Ramón y Cajal, conocida por los mierenses como 'la cuesta', escribe con este episodio su segundo día trágico. El primero, como recordaba ... el pasado lunes, el mierense Luis Pardo, ocurría en el mes de noviembre de 1979. En la buhardilla vivía un matrimonio con sus tres hijos. El marido se fue a trabajar y la mujer, «como se hacía antes, bajo a la tienda a comprar algo rápido y dejó a los pequeños solos en casa».
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Los tres niños, de corta edad, perecían por asfixia en pocos minutos. Esto sucedió a escasos cincuenta metros de donde este lunes se produjo la explosión de gas. La casa ya no existe, fue derribada hace unos dos años y el solar se aprovechó como plaza. Es precisamente en ese lugar por donde se está habilitando la entrada de las máquinas para proceder al derribo de los edificios dañados por el último suceso.
Las muertes de los tres menores fueron consecuencia de un incendio ocurrido, por causas que nunca se determinaron, en una buhardilla de esa calle de Ramón y Cajal. El fuego se extendió rápidamente por la estancia en la que se encontraban dos niños de cinco y dos años y un bebé de cuatro meses. La buhardilla era de madera casi en su totalidad, lo que ayudó a que el fuego fuese incontrolable.
Los pequeños fueron localizados en la cocina de la casa, donde estaba encendida una vieja cocina de carbón, que pudo ser el origen del fuego, aunque también se estudio la posibilidad de un cortocircuito.
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