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La joven mujer todavía tenía los nervios a flor de piel. Acababa de ocurrir, cerca de Valnalón, en La Felguera, cuando «de repente» se encontró de bruces con un cañón en la cara; fue todo muy rápido, relató a EL COMERCIO, ayer, en la ... puerta de Urgencias del Hospital Valle del Nalón (Langreo). Dentro se encontraba su marido, de 40 años, quien había recibido, poco antes de las dos de la tarde, dos impactos de bala en el abdomen. «No sabemos cómo está; sólo que muy grave. No nos dicen nada», se lamentaba acompañada de muchos más familiares. El presunto autor de los disparos –también de unos 40 años–, acompañado de otro varón que conducía el turismo –de unos 60–, huyó rápidamente del lugar de los hechos, el cruce de la calle Pepita Fernández Duro con el vial de Pajomal–. Enseguida se activó un dispositivo para proceder al arresto de los agresores. «Nos ha dicho la Policía que los tienen localizados», aseguraron los allegados del herido.
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¿Qué sucedió? «Un coche pequeño, negro, posiblemente un Renault Clio, embistió al nuestro –un Peugeot 407 gris–; no fue un accidente». En la calzada estaban los restos del choque, todo lleno de cristales, y en una puerta trasera del Peugeot se veía el golpe. El matrimonio iba en su interior. Fue en ese momento cuando la víctima se bajó de su turismo: «¡Pero qué pasa! ¡Pero qué pasa!», gritó a los dos ocupantes del Clio. «Fue cuando lo atropellaron». Después llegaron los disparos.
Lo estaba contando a la puerta del hospital cuando llegó un agente de la Guardia Civil y le tomó, como ya hicieron agentes de la Policía Nacional, declaración. ¿Qué pasó? Después del atropello, uno de los dos ocupantes del Clio, el joven, se bajó y encañonó a su marido. Era una revólver pequeño, aseguraban los familiares de la víctima. «Apretó el gatillo repetidamente. Pero parece que se le encasquilló el arma». A base de insistir, al final se produjeron las detonaciones y le provocó las heridas de bala. «Fue en ese momento cuando me encañonó con el arma. Y no sé qué pasó, le volvería a fallar, pero no hubo disparo. Me habría matado». Y huyeron rápidamente del lugar. Al poco, llegaron los primeros agentes de la Policía Local y de la Nacional que comenzaron a tomar las declaraciones y a recabar pruebas.
¿Cuál fue el motivo de la brutal agresión? «No lo sabemos», le contaba la mujer al agente de la Guardia Civil. «Simplemente, vivieron a por nosotros. Nos quisieron matar». Las primeras hipótesis se centran en que los agresores son padre e hijo –este último, el presunto autor de los disparos y que contaría con antecedentes policiales y judiciales–. No obstante, la Policía Nacional informó de que mantiene la investigación abierta y se mantienen varias hipótesis.
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