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Karilenia nació en Cuba hace 40 años. Desde hacia varios meses se había trasladado a vivir a Langreo, al domicilio de Francisco F, con el que compartió vida hasta que la mató en la noche del viernes. Sus vecinos de la calle del ... Poeta Mánfer de la Llera la recuerdan como una mujer «que no se metía con nadie, siempre sonriente y con buenas palabras para todos». Karilenia no llegó sola a la casa, lo hizo con sus tres hijos. Les acompañaba, en ocasiones, un joven al que conocían como un familiar que vivía en Mieres. Alguien que «era muy cariñosos con los niños».
Su intención era encontrar un trabajo que la permitiese sacar adelante a sus hijos, y darles un buen futuro. Necesitaba ayuda para empezar una nueva vida con su familia.
En esa búsqueda de tranquilidad, sus hijos eran lo primero. Por eso no quiso que abandonasen sus centros educativos en Mieres. No quería que viesen alterada su vida hasta tener algo en firme. Los vecinos confirmaban ayer que todos las mañanas los menores eran llevados en coche a su colegio en la capital del Caudal. A su regreso, ella les mimaba y les trataba con mucho cariño. «Se les veía unos niños felices, que salían en ocasiones a pasear con ella y con Francisco F.», apuntan sus conocidos.
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