Las claves del crimen de Langreo: una discusión por dinero y un trágico final

Manuel se fue caminando hasta el distrito de La Felguera, donde llamó a un taxi para dirigirse a Laviana, donde termino la carrera. Algo llamó la atención del taxista, el venezolano portaba un gran fajo de billetes, algo que en ocasiones llevaba 'Densi' debido a su negocio, ya que recibía pagos en efectivo. Manuel, ya en Pola de Laviana, contactó con la Policía para entregarse, pero previsiblemente el miedo hizo que se echase atrás. Mientras, en el portal de Sama se localizaba el cuerpo de 'Densi', quizá tras hablar el implicado con los agentes, ya que los vecinos no se percataron de lo sucedido hasta que fueron alertados por las luces de la Policía Nacional que acudía al lugar a hacerse cargo del siniestro.

La pista de Manuel se perdió hasta aproximadamente el mediodía del domingo, cuando era visto por varias personas en la localidad sanmartiniega de El Entrego, donde había trabajado de camarero tras el cierre de su local. En ese mismo concejo Manuel era detenido sobre las cinco de la tarde. Consciente de lo sucedido, Manuel no opuso resistencia y sí mostró arrepentimiento.

Mientras los investigadores continúan completando el relato de lo ocurrido en ese portal de Sama, se analizan las pruebas recogidas en el lugar y se intenta confirmar la declaración del detenido, Sólo él sabe lo que ocurrió en el pequeño portal del centro de Sama. También se está a la espera de lo que pueda indicar la autopsia. De confirmarse la versión aportada hasta el momento por el único implicado en la muerte de 'Densi', esta puede calificarse como homicidio. Quedará por determinar si fue doloso (con intención de matar), que supondría una pena entre 10 o 15 años, o involuntario, cuya pena disminuiría de uno a cuatro años.

Los vecinos de Sama, conmocionados por lo sucedido, no se explican el trágico final. 'Densi', natural del barrio de La Joécara donde regentó un negocio de joyería, era muy conocido. Estaba casado con una mujer mexicana a la que conoció durante su estancia de años en aquel país. Por su parte Manu, dedicado a la hostelería, se había ganado la simpatía de muchos langreanos tras regentar con éxito una sidrería en el entorno de la plaza de La Salve.