El colegio Maximiliano Arboleya de Laviana se lleva la palma en gestión emocional

Así, el colegio asturiano forma parte de los treinta distinguidos en dicha convocatoria, habiendo presentado una iniciativa innovadora que, desde sus inicios, ha cambiado completamente el día a día del centro y se ha integrado en el programa educativo del colegio.

Dicho proyecto, se explicó desde el claustro, abarcó a todo el profesorado y tuvo su origen en la pandemia. «Pudimos ver, después del encierro por la covid, que había sido una etapa difícil para los niños; les había afectado bastante el no poder salir y luego el tener que estar con mascarilla, los patios diferenciados, los grupos reducidos... Así que actuamos», explicó María Buelga, una de las docentes que acudió a recoger el premio. Ella, acompañada de la profesora Aida Alonso, fue una de las encargadas de condensar en un solo documento el trabajo que habían estado realizando en los últimos cuatro cursos, una «innovación completa».

«Todos recibimos formación de una psicóloga y luego fuimos cogiendo ideas. Al final hubo cambios en todas las clases», destacó Buelga. Entre los nuevos proyectos, por ejemplo, estaba 'El rincón de la calma' dentro del aula, «a donde van los niños cuando sienten una emoción muy intensa, lo que les ayuda a autogestionarse»; otros planes también resultaron ser muy efectivos, como la formación por parte de mediadores para los cursos superiores de Primaria. Así, estos «intervienen con los más pequeños cuando tienen un problema; hemos podido ver que a veces funciona mucho mejor que cuando un adulto participa». También están las mesas de diálogo para resolver problemas entre ellos. «Los profesores seguimos allí, interviniendo, pero de una manera indirecta, ayudando solo cuando es necesario», aclaró la profesora.

El proyecto ha recibido también los aplausos de los padres, además de su participación en algunos casos, y se mantendrá de cara al próximo curso «y en años venideros». El premio, destacó Buelga en representación del claustro, «supone un impulso y un reconocimiento a partes iguales, anima a seguir trabajando en algo que les está haciendo bien».