Agua a mansalva en un Descenso de récord

Laviana entera vivió ayer un Descenso Folklórico del Nalón de auténtico récord con nada menos que 7.000 personas inscritas en las peñas, aunque solo una pequeña parte pudiera enrolarse en las 39 embarcaciones que saltaron al río, en una jornada en la que no faltó la principal petición que cada año claman los folixeros participantes en su recorrido por las calles de La Pola: agua. La hubo a mansalva y 'a calderaes' en el arranque del desfile de las carrozas y no solo desde las ventanas, el mismo cielo se sumó a la fiesta descargando un buen chubasco, aunque solo para ir entrando en materia acuática, ya que pronto escamparía y la comitiva de peñas y charangas no vio deslucido su animado trayecto desde la calle Libertad hasta el punto de salida de la carrera navegable en el Puente d'Arcu. En el río tampoco faltó caudal desde que la presa de Tanes abrió sus compuertas –eso sí con algo de retraso– para que las carrozas flotantes pudieran avanzar hasta La Chalana.

La imaginación volvió a darse de la mano con el buen humor y las ganas de pasárselo bien en el diseño de las embarcaciones. Ninguno de estos tres ingredientes se ausentó durante la celebración masiva del Descenso y así se pudo constatar desde los primeros instantes del desfile por el centro de La Pola, cuando más arreciaba la lluvia, entre la peña Tilla, que abriá el cortejo con Pinín y su Madreñogiro y la Los Folixeros, que arrastraban la cabra de Cuco Suárez sobre ruedas, atronaba al mismísimo Nuberu coreando 'Mañana saldrá el sol, chipirón'. Un eficaz conjuro a la vista de los resultados y una demostración más del extraordinario poder de la retranca. Tras ellos Los Flipaos pedían un PALA (Parque Acuático Laviana) y Los Gallos sacaban de la Aldea Perdida a Nolo y Demetria a bailar el xiringüelu delante de un hórreo. A partir de ahí ya todo era posible de ver: al Frente Las Tolvas, paseando a Obélix, entre galos y romanos en pura alto el fuego folixero o a la chavalería de Llorío llevando en su carroza las efigies egregias de Biden, Trump, Obama y el Tío Sam. Los Legonautas empujando el troncomóvil de los Picapiedra o Los del Catorce con una caseta de la Feria de Abril y a una bulliciosa legión de Tolivia reivindicando a sus paisanos más ilustres, Los Berrones, con el 'gochín' guitarrero.

Un innegable éxito entre el numeroso público que asistía al desfile tuvo El Otero Team con su propuesta: el lavianés Adrián Barbón y la madrileña Isabel Ayuso galopaban sobre un lustroso 'gallu de caleya' (un AVE para los más despistados) al que el mandatario asturiano incentivaba mostrándole una caña de pescar con una riestra de 'panoyes' y rodeados de vallas ferroviarias. Los secundaba un nutrido equipo de azafatos y azafatas de la Alta Velocidad. No faltaron tampoco guiños clásicos, a Pinocho, los de Boroñes, o a iconos de la cultura popular como la inolvidable Raffaella Carrá en un divertido 'flashmob' itinerante. Desde las aceras y desde los balcones, el público disfrutaba a rienda suelta sin desdeñar el premio con calderos de agua o mangueras sobre los miles de navegantes del cortejo.

Pasadas las cuatro de la tarde, una vez valorado el nivel de caudal suficiente, comenzaron a salir las primeras embarcaciones desde Puente d'Arcu. Los primeros en alcanzar La Chalana fueron, casi dos horas después, Los Gallos con su Hórreo flotante, haciendo honor a su nombre, seguidos a cierta distancia del Frente Las Tolvas, con Obélix recibido a los cánticos de 'Chalaneru'. El resto de la flota lo iría haciendo, con idéntico heroismo de sus tripulantes. La fiesta seguiría en Laviana hasta bien entrada la noche con la música en vivo del festival Regodón que aún tiene hoy su última verbena.

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