Adiós a las piscinas de Pénjamo, que darán paso a una zona verde

Cuarenta días han tardado en derribar más de cincuenta años de historias y recuerdos de los vecinos del valle del Nalón en las piscinas al aire libre de Pénjamo, en Langreo. Ya no quedan edificaciones en pie y los vasos se han convertido en huecos en el amplio terreno.

Pénjamo ya no tiene piscinas al aire libre. Como contrapartida podrán disfrutar del proyecto que se ejecutará en torno al reguero de El Fresno, que saldrá a la superficie y será el centro de una amplia zona verde. Además, su cauce se acompañará con la plantación de árboles autóctonos a ambas márgenes para ganar en calidad ambiental.

Una vez limpiada toda la superficie de los restos de la demolición, llegará la hora de comenzar a convertirla en una zona verde para el ocio de los langreanos.

El paso fundamental, y el motivo de dicha demolición es cumplir con la recomendación de Confederación Hidrográfica del Norte de sacar a la superficie el reguero de El Fresno que durante medio siglo transcurrió soterrado bajo los vasos de la piscina y la zona deportiva.

Todo el proceso tiene un coste estimado de 300.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. La obra busca «solucionar el problema de unos edificios que están en ruina y que son un peligro», pero también «recuperar la zona, renaturalizarla, que vuelvan a a ser terrenos para el disfrute de los vecinos», explicó Gutiérrez.

Con la zona verde en marcha, el Ayuntamiento de Langreo está trabajando para encontrar vías de financiación que el permitan construir una nueva piscina al aire libre en el entorno de Pénjamo, tras la denegación de una subvención europea por parte del Instituto de Transición Justa.

El proyecto, que pretende desarrollarse en una parcela cercana a la zona verde ya en marcha, tiene un coste estimado de un millón de euros. Y responde a la demanda de los vecinos, y al propio interés del Consistorio que quiere que el proyecto sea una realidad.

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