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Olaya Suárez y A. F. G.
Langreo
Lunes, 25 de marzo 2024, 01:00
El acusado de matar y descuartizar el cuerpo de su compañero de piso, en La Felguera, regresó ayer por la mañana a la posible escena del crimen, la vivienda en el barrio de Villar que ambos compartían desde hace unos dos meses. Caminaba ... de forma lenta, apoyado por dos muletas. Estaba escoltado por agentes de la Policía Nacional. Los investigadores acudieron a la casa –el número 30 de la calle Joaquín Costa– para realizar una reconstrucción de lo ocurrido dentro de la investigación para esclarecer la totalidad de los hechos. Estuvo más de una hora en el interior y colaboró con los agentes para determinar algunos de los detalles de lo acontecido. El investigado confesó que fue el autor de haber desmembrado el cuerpo.
Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, el detenido no pasará a disposición judicial hasta mañana martes con la posibilidad de extender el arresto y que sea cuando declare ante el juez de guardia.
La víctima, Santos Conrado, murió al ser apuñalado en el tórax. Las lesiones causadas por el arma blanca le alcanzaron órganos vitales. Su asesino descuartizó luego el cadáver, lo repartió en bolsas de basura y las esparció por los alrededores de la vivienda. No fue muy lejos para deshacerse de los restos mortales del hombre, de unos 71 años, que hacía apenas dos meses le había alquilado una habitación por unos cien euros al mes. Todo apunta a que las motivaciones del crimen fueron de índole económica y agravadas por una convivencia «difícil entre ambos».
La autopsia realizada al cadáver desmembrado en el Instituto de Medicina Legal permitió identificar plenamente a la víctima y determinar la causa del fallecimiento: heridas de arma blanca, tal y como adelantó EL COMERCIO. El examen forense permitió concluir que el descuartizamiento se realizó post morten y que la data del deceso sería aproximadamente cinco días antes del hallazgo de la primera bolsa con restos mortales.
Fue en la mañana del viernes, cuando un vecino de la avenida de Gijón, ubicada justo por debajo de la casa en la que vivían la víctima y el supuesto agresor, salía a su huerta y se encontraba una muy desagradable sorpresa: una bolsa de basura en cuyo interior había una pierna mutilada. Con el calcetín impoluto.
Los vecinos –uno de ellos declaró ante la Policía que vio al acusado tirar por un carro de la compra lleno de bultos en bolsas de basura en dos ocasiones– no se han sorprendido del suceso. «Había un trasiego constante de toxicómanos a esa vivienda. Había muchos problemas de convivencia y lo denunciamos en varias ocasiones», relató una mujer que reside a escasos metros del número 30. Parte del cuerpo desmembrado de Conrado fue encontrado el viernes por la mañana por un hombre que fue a cuidar de su huerta, muy cerca de la vivienda donde se escucharon muchos golpes en la madrugada del domingo día 17.
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