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Ana Segura
Martes, 8 de abril 2025, 07:30
La llegada de El Viejo Pescador a Carreño supone que el concejo recupere una industria que cesó en 2011, después de más de ... 150 años de actividad
El cierre de Conservas Remo, recién empezado 2011, selló el final de la industria conservera en Carreño. Pero ahora las conserveras regresan de la mano de El Viejo Pescador, cuyo proyecto de enlatado ha recibido ya el visto del Consistorio, en sesión plenaria y por unanimidad.
Verano de 2026 es la fecha que se marca la compañía, con sede ya en Tapia de Casariego, para la apertura de su nueva factoría, a la que el pleno dio luz verde la semana pasada con la aprobación del plan especial y el estudio de implantación; un proyecto en el que invertirá tres millones de euros y que generará veinte nuevos puestos de trabajo, como explica Carlos Díaz, el propietario de la empresa.
No será una fábrica al uso. La empresa asentada en Tapia se inspira en las bodegas de vino para desarrollar un concepto singular, un espacio donde se fabricarán, envasará, esterilizarán y conservarán en frío nuevos productos, pero también se ofrecerán visitas guiadas a mayores y a los más pequeños, cocina en vivo o celebración de eventos, entre otros; hasta un museo que recorre la historia conservera de Candás. Todo ello, en una suerte de «chalet de diseño en la zona rural». En concreto, en Piedeloro, en una finca de 6.305,57 metros cuadrados.
El Viejo Pescador, posicionado en el mercado gourmet después de que su pulpo, emblema de la marca, recibiera la mayor distinción de los prestigiosos Great Taste Awards 2022, llevará a Candás su área de innovación, bautizado como Vip Lab. Allí desarrollará sus productos más singulares, extendiendo su sistema de cocción a baja temperatura y en su jugo del octópodo a nuevos animales marinos: calamares, merluza, mejillones, navajas o berberechos.
El Viejo Pescador confía en un ir un paso por delante y desarrollar las 'neoconservas', un nuevo concepto que va más allá de la lata y que permite disfrutar de técnicas de alta cocina en el hogar con un gesto tan sencillo como el de girar la tapa de un frasco o cortar con unas tijeras un envase.
A partir de ahí, espera Díaz, alumbrará nuevos productos como las albóndigas de pulpo o las hamburguesas marinas. Todo, bajo la premisa, de contar con producto de cercanía y calidad –el Cantábrico provee– y controlar exhaustivamente los procesos.
El desembarco de la conservera en Carreño irá en paralelo a su actividad tapiega, ya que mantendrán su fábrica actual, que emplearán para el desarrollo de su gama más tradicional, ya asentada en el mercado.
El propio alcalde de Carreño, Ángel García, calificaba de «día histórico» para el concejo el día en el que el Pleno dio el visto bueno a esta iniciativa.
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