La increíble historia de mujeres albanas que deciden vivir como hombres

En Albania hay una tradición, proveniente del siglo XVI, que consiste en la decisión de algunas mujeres de vivir como hombres, son las llamadas 'vírgenes juradas' (burnesha). Se cambian de género y se visten, se comportan y viven como hombres, comprometiéndose a mantenerse siempre célibes.

En el país todavía queda una treintena de ellas, localizadas en su mayoría en pequeñas aldeas del norte. Este chocante modo de vida es la única forma institucionalizada de cambio de género en Europa y una de las pocas existentes en el mundo, ya que solo existe en unas pocas comunidades del norte de América y Asia algo parecido.

La burnesha hace un voto de castidad por el resto de su vida, vive como un hombre, evita el matrimonio y sobresale en la sociedad patriarcal de Albania.

Ha sido la fotógrafa Jill Peters la encargada de sacar a la luz tan sorprendente hábito. "Me trasladé a los pueblos del norte de Albania en donde encontré una pequeña agrupación de gente extraordinaria. Me enteré que la Burnesha es muy respetada en la comunidad: poseen un enorme caudal de fuerza y orgullo y valoran ante todo su honor familiar".

Estas mujeres son aceptadas sin ningún tipo de cuestionamiento por la sociedad albanesa, ya que vivir como hombres era para algunas mujeres la única forma de conservar su honor y resistirse a las normas sociales del arcaico código del Kanun, que les prohibe votar, conducir, ganar dinero o llevar pantalones. "El Kanun establece que las mujeres son propiedad de sus maridos".

Esta particular opción permite que puedan ejercer los mismos derechos que los hombres si se cortan el pelo y aceptan no casarse ni tener hijos.