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Historia del tenis en Gijón

La estudiosa gijonesa hace un repaso de los pioneros del tenis local con motivo de las semifinales de la Copa Davis en la ciudad

MARÍA PRIETO VERGARA

Sábado, 13 de octubre 2012, 20:13

A fines del siglo XIX y primeras décadas de la centuria siguiente las ciudades de Oviedo, Avilés y Gijón viven momentos de bonanza económica y esto hace que las familias de noble linaje y de la alta burguesía confraternicen, compitan y llenen parte de su tiempo de ocio con prácticas deportivas al aire libre, muy de moda en décadas anteriores en países como Gran Bretaña y Francia. Un ejemplo de ello es el tenis de hierba.

En la finca La Isla, hoy integrada en el Jardín Botánico Atlántico de Gijón, tenemos casi con toda certeza el primer testimonio de pista de tenis en nuestra región. Florencio Valdés Fano Menéndez Morán, acaudalado industrial gijonés, mecenas y hombre emprendedor, adquiere a mediados del siglo XIX, en la parroquia de Santa Eulalia de Cabueñes, unas tierras donde levanta la finca familiar de recreo, a la que dota de todas las comodidades de la época, incluida una pista de césped o hierba.

Un hijo de éste, Félix Valdés Cifuentes, pudo ser quien requiriese de su padre la sustitución de esta pista, de difícil mantenimiento, por otra de arcilla roja de polvo de ladrillo, a semejanza de las que pudo disfrutar en su etapa de estudiante de derecho en la Universidad de Deusto.

La preparación de la pista batida resultaba barata pero requería de un gran esfuerzo para su preparación. Obreros traídos de la fábrica La Industria trabajaban con esmero durante horas, mojando la superficie con grandes regaderas, pintando las líneas de la pista con cal y apisonando el suelo con un pesado rodillo de piedra. Esta teoría gana consistencia al encontrar una pequeña nota manuscrita en el libro de firmas de La Isla donde hay una referencia a un grupo de pelotaris.

Al final, entre los años 1920 y 1930, según nos indica María Lutgarda Oliva Valdés, es cuando se procede a transformarla en una pista de hormigón y ladrillo molido, que es la que ha llegado a nuestros días.

Seguimos en las primeras décadas del siglo y las sociedades dedicadas al fomento y juego del tenis no tardaron en llegar y con ellas los calendarios regulares de competiciones que se hacían coincidir con las fiestas patronales. En el caso de Gijón, y para no solaparse con las de Avilés y las de Oviedo se hacía su celebración el día de la festividad de Nuestra Señora de Begoña, el 15 de agosto.

En estos años tenemos en Gijón el Skating and Tennis Club, erigido en las inmediaciones de la plaza de toros de El Bibio, y el Gijón Tennis Club, que nace en 1911, con los auspicios del citado industrial, que brinda parte de los espléndidos jardines del Teatro de los Campos Elíseos para tal menester. Es este Club el que organiza el I Campeonato de Asturias de Tenis masculino, en las modalidades de individuales y de dobles. El éxito de este evento trajo como consecuencia que en los años 1917 y 1920 se celebrasen en esta Villa los Campeonatos de España, nombrados como "Campeonatos Internacionales".

La prensa de la época se hace eco en las notas de sociedad de las actividades de este reducido y selecto círculo de jóvenes entre los que se encuentran apellidos como Orueta, Llano Ponte o Masaveu. En relación con La Isla y el Sport Club Apagadorista se dice: "compuesto de jóvenes distinguidos de esta Villa, celebrará ostentosamente, el domingo próximo, el tercer aniversario de su fundación, y al banquete que tendrá lugar en la encantadora quinta de La Isla, de nuestro buen amigo D. Florencio Valdés, asistirán más de 150 comensales, que seguramente pasarán un día delicioso".

La Estafeta de León, año VI, nº 539, 1891, 15 de julio.

Las pistas de tenis asturianas empiezan a ser frecuentadas por los mejores jugadores nacionales como Eduardo Fláquer o Manuel Gomar, que son atraídos, entre otras razones, por la dotación económica de los torneos. En las primeras décadas del siglo XX destacan figuras como el abogado ovetense Luciano Barbón y la gijonesa Lola Menchaca Morís, cuyo triunfo ante Lili Álvarez, única jugadora española que, por entonces, había llegado a disputar una final de Wimbledon, la hace pasar a los anales del tenis. Ambos, además, de los triunfos individuales obtuvieron un excelente resultado en los campeonatos de España de dobles mixtos de 1921, en San Sebastián. Menchaca un año antes había obtenido idéntico resultado compartiendo cancha con Dionisio de la Huerta.

La sucesión de estos campeonatos deportivos además de aumentar el número de participantes mejoró la preparación física de los mismos. La crisis económica de la década de 1930 junto con los luctuosos acontecimientos de la última Guerra Civil traen como consecuencia la desaparición de clubes como el Gijón Tennis Club.

La práctica de este deporte a mediados del siglo XX aún seguía siendo coto de una privilegiada minoría. Quizá el acercamiento del grueso de la población a otros deportes de carácter más popular como el fútbol y el ciclismo propiciaron que surgieran nuevas sociedades deportivas y otras diversificaran la oferta entre sus socios, tal es el caso del Grupo Club Cultura Covadonga. Este club, con casi 75 años de vida, ofrecía deportes como atletismo, baloncesto, piragüismo, frontón, y tenis, entre otros. Su Concurso de Primavera de Tenis llegó a adquirir cierta fama.

Las reformas en las instalaciones del Grupo en 1960 y la supresión de las pistas de tenis hicieron que un grupo de aficionados a este deporte buscase solución a sus intereses, fundándose en 1961 una entidad consagrada casi exclusivamente a este deporte, el Club de Tenis Gijón. Apellidos de socios como Díaz-Jove, Cueto-Felgueroso, De la Concha Martínez, Álvarez-Buylla o Fernández-Nespral están indisolublemente unidos a la trayectoria vital de esta entidad, que inició la docencia de este juego bajo las enseñanzas de Fernando Revilla. Años más tarde, otros organismos se sumaron a esta iniciativa, puesto que hasta entonces el aprendizaje era autodidacta. Si hay un torneo que destaca sobremanera en Gijón por promocionar el deporte del tenis es el que lleva por nombre Torneo Dionisio Nespral, creado en el año 1964. Donde jugadores locales tienen la oportunidad de medirse ante maestros de la raqueta de primerísimo nivel llegados de diferentes puntos de España. Por las canchas del Club de Tenis Gijón pasaron jugadores nacionales e internacionales de la talla de Couder, Colas, Tulasne, Arrese, Robredo o Krajicek, por citar algunos.

Añadir que desde el Ayuntamiento de Gijón y en concreto desde el Patronato Deportivo se hace, desde hace años, una apuesta firme decidida por ese deporte, que sin llegar a ser de mayorías día a día gana más adeptos. Decir que para aquellas personas que quieran profundizar en la materia se recomienda la lectura de los siguiente títulos: "Deporte y educación física en Asturias. De los inicios a la Guerra Civil", de Macrino Fernández y "Club de Tenis Gijón. 50 años de historia, 1961-2011", de Juan Lorenzo.

Por último, mi agradecimiento a Jesús Oliva Pérez Andújar, Jesús Martínez Salvador y Pedro Avello Carreño.

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