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MARTA VARELA ,
Viernes, 16 de septiembre 2011, 23:18
«Pelos montes dAsturies allá pelos años 40» así comienza la canción Los Fugaos de Nuberu, reflejo de la vida de Manuel Alonso González, conocido por todos como Manolín «el de Lorío», del que hoy comenzó a escribirse su última historia, la de su muerte. Después de una vida de lucha no pudo ganar más tiempo a la enfermedad y falleció a los 93 años de edad en Pola de Laviana. Es el adiós a uno de los históricos comunistas asturianos, el último «maqui». Se fue en silencio como a él le gustaba, sin ruido, sin dejar de luchar.
Manolín era un hombre que hizo del compromiso político su vida, pero siempre desde el respeto. Eso le valió un cariño que hoy han manifestado en voz alta muchos ciudadanos anónimos y políticos de todo índole. Especialmente afectados se encontraban sus compañeros de partido, que no podían disimular su emoción ante la figura de 'Manolín'.
Su capilla ardiente quedó instalada en el CIDAN en Pola de Laviana, siguiendo las indicaciones que dejó a sus cinco albaceas, el ataúd estaba cubierto por las banderas del partido Comunista, de Izquierda Unida y una republicana con el cuadro con su imagen que sus compañeros le regalaron hace un año.
El sábado, a última hora de la mañana, habrá un acto político en su recuerdo y por la tarde será incinerado. Será mañana cuando el guerrillero encuentre el reposo definitivo. Tal y como había expresado, sus cenizas serán depositadas en la cueva de El Raposu, situada en el pico La Pereyera en los montes de El Condao. Lugar que le sirvió de casa en sus tiempo de «fugado».
Huido y condenado a pena de muerte
Manolín «el de Lorío», nació en Soto de Lorío, un pequeño pueblo situado a las afueras de Pola de Laviana, en 1918.
Experimentó en plena adolescencia la conversión de su entorno más inmediato en un pequeño bastión comunista, «la chica Rusia» como lo llamaban por entonces, y con apenas catorce años comenzó a militar en la organización juvenil del Partido.
Al estallar la Guerra fue uno de los primeros voluntarios del Concejo en tomar las armas participando en los choques más duros en La Espina, cuando las milicias, apenas estructuradas, aún se organizaban en grupos y columnas. Tomó parte en las dos ofensivas sobre Oviedo, en las operaciones en el País Vasco, y en la defensa de Covadonga.
Sin embargo Manolín era más conocido por su vida en el monte como uno de los muchos «fugaos» que comenzaron a recorrer los montes de Asturias en octubre de 1937. Convivió y actuó con algunos de los más destacados huidos comunistas de la zona, como Antonio García, y los hermanos Manuel y Aurelio Caxigal. Se convirtió, además, en un experto en toda clase de estrategias. En 194 cayó junto a varios compañeros a causa de una delación. Manolín sólo se rindió aquel día tras recibir un disparo que le perforó el torso. Fue condenado a pena de muerte de la que se libró por la presión internacional.
El coordinador general de IU de Asturias ha lamentado su muerte y ha afirmado "Manolín es un símbolo para la izquierda revolucionaria asturiana. Hoy lo hemos perdido pero se mantendrá su memoria porque la historia de Manolín es la historia de la lucha por las libertades en este país y la defensa de la democracia frene al levantamiento fascista.
"Ha sido un comunista coherente hasta el último día. Hoy los militantes de IU y todos los comunistas asturianos estamos de luto", ha señalado el líder de IU en Asturias.
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