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EFE
Domingo, 21 de noviembre 2010, 21:29
El director mexicano Pedro González-Rubio ha presentado hoy en el Festival Internacional de Cine de Gijón su último largometraje, "Alamar", del que afirma que es una reflexión sobre la "impermanencia" del amor y la incapacidad del ser humano para retener el tiempo.
En rueda de prensa, el cineasta ha dicho que la película, premiada en el festival de Bafici y en el Rotterdam Film Festival, pretende explorar las relaciones familiares, la separación terrenal entre la pareja protagonista y la idea "irreal" del paraíso.
Con esta línea argumental, González-Rubio cuenta la historia de Natan, un niño de cinco años medio italiano, medio mexicano, que tras la separación de sus padres debe irse a vivir a Roma con su madre.
Antes, emprende un viaje con su padre por el caribe mexicano que terminará por crear en él un sentimiento especial hacia sus orígenes y la naturaleza que lo rodea, a través de la pesca.
Se trata de un film donde la realidad y la ficción se mezclan, pero "en ningún caso importa" porque la clave está en "crear sentimientos en el espectador", ha explicado González-Rubio.
Además, y a pesar del hilo conductor -la separación de una familia-, "Alamar" no es una historia dramática, si no "73 minutos de terapia y de sensualidad" que pretenden "alejarse del conflicto".
Durante su intervención, el director ha dicho que la historia surgió desde su propia experiencia, cuando vivía en Playa del Carmen (México).
Las cadenas hoteleras que se asentaron en la zona destruyeron la vegetación natural "en nombre del desarrollo", por eso decidió elegir un lugar como Banco Chinchorro (México) para rodar, porque el paisaje estaba "intacto, pero a la vez ocurrían cosas".
De esa manera, González-Rubio pretendía romper con la imagen de "paraíso donde nadie se lastima" y que, ha sostenido, es "errónea".
En este entorno, ha dicho, "el margen para sorprenderse y perder el control es amplio", por lo que el guión se fue adaptando durante la grabación, de manera que no era el equipo de rodaje el que alteraba el lugar, si no al revés.
En este sentido, el cineasta mexicano ha subrayado que la película fue rodada por dos personas, algo que ha permitido crear una "energía especial" entre los personajes, la historia, el paisaje y el equipo.
En la actualidad, el director está trabajando en una nueva película, "La sombra del árbol", motivo por el que regresará a México en enero para comenzar las labores de documentación.
Asimismo, la próxima primavera rodará otro film en Japón que tendrá "los mismos tintes que Alamar".
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