

Secciones
Servicios
Destacamos
RAMÓN AVELLO
Domingo, 24 de enero 2010, 03:21
Sospechaba Francisco Carantoña que el historiador Juan Uría Ríu, aunque sabía mucho latín, a veces miraba algunos textos referentes a Gijón con lentes ahumadas. La 'Mala rupis', con la que un cronista medieval apellidado Osborne cita a Gijón como lugar en el que una desarbolada flota británica, camino de las Cruzadas, se refugia de una tormenta del Cantábrico, se traducía, tal vez con excesiva benevolencia, como 'Roca fuerte'. A don Juan le parecían incorrectos el sustantivo y el adjetivo, y lo despacha en un escueto 'Peña mala'.
Hacia esta 'peña mala' vuelve los ojos el historiador con motivo de la monumental obra 'Las peregrinaciones a Santiago de Compostela', escrita por Uría, Luis Vázquez de Parga y José María Lacarra, publicada en 1949 y reeditada, con alguna actualización, por el Gobierno de Navarra, en 1993. En los capítulos del volumen II, dedicados a la Ruta de la Costa, el Camino Xacobeo primitivo, Juan Uría hace una breve referencia al itinerario por Gijón. Cuando los peregrinos llegaban a Villaviciosa, se dirigían a Oviedo por el valle de Linares, Valdediós, San Martín de Vega de Poja y Pola de Siero. «Pero en la época de decadencia -escribe Uría- , en que abundaban los romeros vagabundos, muchos irían hacia Gijón, alargando el recorrido de su romería a cuenta de mejor provisión de limosnas y nuevos hospedajes».
Tal vez estos peregrinos de la 'época decadente' de las peregrinaciones, finales de los siglos XVI al XVIII, eran en buena parte lo que en Gijón se denominaban 'corraxos', mendigos y vagabundos que acabarían recalando en el llamado 'hospital de los corraxos', que cambió su nombre en el siglo XVII por el de hospital de peregrinos de Nuestra Señora de los Remedios, situado junto a la casa natal de Jovellanos. Aparentemente, los romeros 'corraxos' no tenían prisa por abrazar al Apóstol, pero pusieron a Gijón, aunque sea de una manera muy secundaria, dentro de los variados itinerarios jacobeos. La ruta que seguían coincide con el Camino Real o 'Camino público de la costa desde San Sebastián a Bayona'. Como en otros lugares, el viejo Camino Real coincidía, como es natural, con el Camino de Santiago.
Parece que con motivo del Xacobeo 2010, el itinerario de Asturias por el interior, desde Oviedo a Compostela, tendrá sus buenos valedores. Este fue el camino seguido por la primera peregrinación a Santiago, encabezada en el siglo IX por el rey Alfonso II. Frente a esta ruta del interior, el itinerario de la costa, transitado por ilustres peregrinos -no todos eran 'corraxos'- como San Francisco (yo he visto hace años el clavo oxidado en una de las paredes del Palacio de Anleo en el que, según Juan Antonio Cabezas, 'Il poveretto de Asís' colgó su túnica para dormir), Felipe 'el Hermoso' y numerosos viajeros que nos dejaron crónicas de su viaje. Esta ruta de la costa, señalizada con cierta ligereza e inexactitud, coincide con el Camino Real y en muchos de sus tramos, especialmente entre los concejos de Muros y Valdés, es casi impracticable. Precisamente para estos tramos se podría y deberían unificar el Camino Real, el itinerario Xacobeo -en muchos aspectos es lo mismo- y esa retranqueante senda del litoral que viene nada menos que desde Escocia. Los peregrinos del futuro, lo agradecerían.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.