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Las pinturas murales conforman un conjunto artístico repartido por la cúpula, la bóveda y las dos capillas laterales. / NEL ACEBAL
Las pinturas de los hermanos Uría-Aza reciben 2.500 visitas en octubre
Oriente

Las pinturas de los hermanos Uría-Aza reciben 2.500 visitas en octubre

Ayuntamiento y parroquia piden apoyo a Cultura para poder mantener el templo abierto con vigilancia

JUAN GARCÍA

Sábado, 14 de noviembre 2009, 03:42

Las pinturas murales que los hermanos Uría-Aza (Bernardo, Antonio y Tino) plasmaron en las paredes y bóveda de la iglesia parroquial Santa María Magdalena de Ribadesella se han convertido en un referente turístico más del concejo. Como muestra sólo un dato. A lo largo del pasado mes de octubre recibieron más de 2.500 visitas, un relevante dato que se ha obtenido por primera vez desde su restauración hace siete años, gracias a la puesta en marcha de un servicio de vigilancia en el que colabora el Ayuntamiento de Ribadesella. Hasta ahora nunca se habían contabilizado las visitas que recibe la pequeña 'capilla sixtina' riosellana y la cifra ha causado una «grata sorpresa» en el concejal de Cultura, «porque nunca creí que pudiera pasarse tanta gente a verlas y porque sólo están abiertas al público dos horas al día», explicó Juan González Martino.

Este dato se convertirá en el argumento principal a utilizar tanto por la parroquia como por el Ayuntamiento a la hora de reclamar de la Consejería de Cultura la ayuda necesaria que permita mantener abierto el templo para usos turísticos fuera del horario de culto. El concejal de Cultura ya ha iniciado los contactos. «A través de promoción cultural no es posible porque no hay ninguna vía de subvención, así que habrá que intentarlo a través de Patrimonio Cultural», dijo Martino. Por su parte, el sacerdote José Ramón Fernández Abad, también realizará gestiones ante la parroquia de Villaviciosa, donde ya existe algún convenio de colaboración de este tipo. «Queremos hacer algo parecido en Ribadesella», añadió el concejal.

Actualmente, gracias a una «pequeña colaboración económica» del Ayuntamiento, la iglesia se mantiene abierta de 11 a 13 horas con un servicio de vigilancia que permite atender a los visitantes y ahuyentar a los cacos y maleantes. El párroco había decidido cerrar el templo fuera del horario de culto ante los continuos robos y destrozos que sufría la iglesia. Los daños afectaron incluso al sistema audio-luminoso que sirve para explicar el contenido de las pinturas, mecanismo que tuvo que ser reparado en más de una ocasión. Para que funcione basta con echar un euro, así que la recaudación es mínima ya que con esa única moneda puede informarse un grupo numeroso de turistas. La cantidad de dinero reunida con ese sistema nunca es suficiente para su mantenimiento y mucho menos para reparar los destrozos o afrontar los gastos de un servicio de vigilancia.

Apoyo del Ayuntamiento

Por ese motivo, el párroco buscó la ayuda y colaboración del ayuntamiento. Éste se comprometió a mantenerla hasta el 31 de diciembre a la espera de que el Principado aporte su granito de arena. «Si no se consigue una subvención habrá que buscar otra fórmula, porque nuestro compromiso es claro porque estamos hablando de una obra echa por riosellanos y de gran interés cultural», afirmó Martino. El concejal entiende que el Ayuntamiento también tiene ciertas obligaciones con la parroquia, «porque también nos ceden sus instalaciones para organizar conciertos o encuentros corales, así que habrá que hacer todo lo posible para que las pinturas sigan abiertas a los vecinos, pero fundamentalmente a los turistas», añadió.

Las pinturas murales de los hermanos Uría-Aza fueron ejecutadas entre 1935 y 1953 en tres diferentes fases y restauradas entre los años 2001 y 2002 gracias al empeño del que fue párroco de Ribadesella, Eugenio Campandegui. Se trata de un conjunto artístico de 850 metros cuadrados de superficie repartido entre la cúpula, la bóveda y las dos capillas laterales en el que se combinan los estilos cubista y neoclásico. Se trata del mayor exponente pictórico existente en Asturias sobre el eterno tema de la guerra. Un canto artístico a la paz dividido en cuatro principales paneles: Culpa, Admonición, Delito y Paz. Es la principal obra de los hermanos Uría-Aza, pero no la única que dejaron en la región.

Desde hoy también se pueden contemplar los frescos que pintaron en la iglesia parroquial San Martín de Arriondas, recientemente restauradas tras el incendio del pasado mes de julio.

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