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PILAR CAMPO
Miércoles, 21 de mayo 2014, 09:48
Álvaro Navarro y Rubén Rodríguez estudian cuarto curso de la ESO en el colegio Nuestra Señora de Covadonga de Noreña. Ayer estaban al frente de un puesto, junto a varios compañeros de clase, en la plaza de Abastos de Pola de Siero. Vendían producción propia y la de intercambio con la asociación Pandora de Granada. Ellos forman parte del grupo de 455 estudiantes, que han constituido 23 cooperativas y asociaciones educativas. Los alumnos pertenecen a 13 centros educativos que han participado en proyectos de educación emprendedora. «Es muy interesante porque aprendemos a ser emprendedores y a tratar con la gente», explicaban Álvaro y Rubén.
Originalidad y calidad
Carolina Rodríguez Zapico vendía con sus compañeros del colegio de Meres en La Choza de Trasgu su producción y la que intercambiaron con sus socios navarros. «Ellos nos dieron chistorra y nosotros les dimos quesos», comentaba. Su compañero Pedro de Echevarría destinaba los fondos para Elena, la niña de nueve años de Valdesoto, que sufre la enfermedad de Sanfilippo.
Javier Alonso, que vendía fabas y magdalenas, pensaba donar el dinero a «niños pequeños con necesidades». Diego Díaz y Sergio Palacio vendían «besos y abrazos». A su lado, en el puesto 'relaxing coop' del colegio Ecole, Lidia Gómez, portavoz de sus compañeros, comentaba que vendían camisetas y productos valencianos de la cooperativa asociada. María Martínez, del Laboratorio del Wally, ofrecía queso azul, detalles infantiles y libretas forradas. A unos metros, el Centro de Apoyo a la Integración (CAI) Arboleya comercializaba los trabajos del proyecto 'Una empresa en mi centro', encaminado a los alumnos de Educación Especial.
Los alumnos de quinto y sexto del Celestino Montoto (Siero) recorrían los puestos entusiasmados. Ana Fernández, Nuria Parajón Noval, Izan Florez Herrera, Arturo Parajón Arbesú, Raquel García, Daniel Barro Cortina, Ana Granda Villanueva, David Cueli, Vera Loredo e Idoia Calonge resaltaban la «originalidad, artesanía y la calidad» de los productos a la venta.
Marta Pérez, gerente de Valnalón, organizadora del evento, incidía en que el mercado de cooperativas y asociaciones educativas era el «broche final del trabajo de un año. Ha permitido a los alumnos trabajar en equipo y con responsabilidad».
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