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ANA SALAS
Domingo, 27 de abril 2014, 16:23
Cuentan María Teresa Fernández y Francisco Expósito, vecinos de Las Cuestas, que «esta carretera está hecha un asco y es un peligro», refiriéndose a la criticada AS-313. Por ella transitan, además de los vecinos (unos 1.700 residen en las parroquias del entorno) los autobuses que llevan a los escolares al colegio público de Primaria El Villar de Trubia y al Virgen del Fresno de Grado. Pero, «con el cuento de que no hay dinero», las obras que necesita la vía no llegan, lamentan. Sí ven cómo estos días una caseta de obras se ha instalado en el aparcamiento de su pueblo porque «el Ayuntamiento está arreglando algunos caminos», agradecen mirando de reojo al Principado. Porque «esto es una caleya, no hay una carretera como esta», se quejan.
El documento del Gobierno regional recoge que su firme está «muy envejecido y descarnado con muchas deformaciones y deficiencias en el drenaje». Su deterioro se incrementó «en el invierno de 2012 a 2013). No establece qué tipo de obras se necesitan. Lo deja en una «actuación especial que debe valorarse» para una carretera de 16,7 kilómetros cuyos usuarios reclaman ensanchar además de reparar el firme.
De Trubia parte otra en mal estado, la AS-233, que llega hasta Avilés. «Hay tramos muy malos porque está muy bacheada, sobre todo de la mitad hacia a Avilés es la zona más irregular de la carretera», describe Juan José Suárez, en un momento que para con su furgoneta de reparto de pan para dejar las viandas a Inmaculada Andrés Muñoz. Ella vive al borde de la carretera, nada más salir de Trubia frente al Nalón. «Una parte pertenece al Ayuntamiento el mantenimiento y la otra al Principado. Del Ayuntamiento vienen en verano, y eso es todo lo que nos limpian las cunetas», lamenta. Considera que «deberían cuidarla más porque tiene tráfico y, además, hay mucha gente en el paro que podría trabajar en ella». Uno de los objetivos que marca el documento es precisamente ese, el desbroce de todas las carreteras regionales.
Dos kilómetros más allá, justo después de San Pedro de Nora, la carretera se estrecha algo, antes de cambiar de concejo y llegar a Las Regueras. Esta vía de la red comarcal de carreteras tiene una longitud de 25,8 kilómetros pero solo es necesario actuar, recoge el documento elaborado por los técnicos del Ejecutivo regional, en 18,1. Requiere la renovación del pavimento «consistente en el saneo de los blandones de la plataforma, la mejora del drenaje y la pavimentación».
Es el mal general. El texto reconoce que la mayor parte de los recursos invertidos en el mantenimiento de las carreteras se lo lleva la reparación del pavimento. Aun así, en los últimos años el presupuesto se ha reducido sensiblemente, desde los 31,4 millones invertidos en mantener las carreteras regionales en 2006 hasta los 8,1 de 2012. Un descenso para compensar las cuentas regionales destinadas a construir obras nuevas.
Varios colectivos profesionales han alertado de este peligro, el culto a la obra nueva en detrimento de la conservación de lo existente. Y lo existente son carreteras peligrosas, con baches y «boquetes que, como te descuides, pueden pincharte la rueda del coche», lamenta Julián del Tío García, presidente de la asociación de vecinos de Siones.
Nada más pasar el núcleo rural en el recorrido de la carretera OV-1, desde la rotonda de Caces hasta el final del municipio, en el límite con Santo Adriano, la carretera empeora de forma considerable. Está limitada a 50 pero no se deben superar los 30 kilómetros por hora si se quiere atravesar sin ningún percance. En el pueblo se usa «para ir de una zona a otra caminando y no tiene aceras con el riesgo que supone eso porque los coches tienen que ir esquivando los baches», apunta este hombre que reconoce que «nunca entendí por qué el kilómetro y medio que está peor quedó así».
Marta Cancio sube desde Caces a diario a cuidar a Adamina Iglesias por una carretera «bastante peligrosa» pero que «ha mejorado, porque antes teníamos aún más curvas que ahora». Quienes la conocen aligeran el paso pero al desconocedor no le permite superar los 40 o 50 kilómetros por hora a la que está limitada. «Vamos todos con mucho cuidado y hay pocos accidentes».
Los vecinos tienen buen cálculo. El documento considera que aunque tiene una longitud de 4,2 kilómetros solo en 1,3 es urgente una actuación.
Menos es donde en San Claudio tienen el problema. 900 metros de la OV-3, recoge el texto, que los residentes de esta localidad han tratado de que el Principado la ceda al Ayuntamiento pero no ha sido posible. Recuerda el que fuera presidente de la asociación vecinal, Andrés Lázaro, que el Consistorio no quería recibirla sin urbanizar y el Gobierno regional no quería urbanizarla. Y así siguió, «sin arcenes ni aceras a pesar de que hay viviendas, y muchos baches. «No tiene prácticamente asfalto», añade Jesús Álvarez, que cuenta que cuando se cruzan los autobuses que de las líneas 6 y 16 tienen problemas de espacio. «Y es una zona de mucho tráfico porque la gente de Las Regueras que quiere coger la autopista (A-63) pasa por en medio de San Claudio» y por esta especie de carretera.
Unas situaciones que se repiten en otras tantas vías del concejo en mal estado. Oviedo, sin embargo, no es una excepción, ni su situación es alarmante comparada con la de otros concejos con más carreteras con problemas. Pero como cada uno mira por lo suyo, los ovetenses quieren que sus vías estén en buen estado y olvidarse de baches y curvas peligrosas.
Una década llevan los vecinos de Trubia y Grado reclamando, por activa y por pasiva, la reparación de la carretera que les une, la AS-313. Se han constituido en plataforma y pretenden recrudecer sus protestas porque entienden que la vía se ha convertido en un peligro para los usuarios. Precisamente hoy, a mediodía, se manifiestan en Grado aprovechando que es La Flor. Quieren hacer ruido y dejar de pasar por una carretera que supone también más reparaciones para el coche que circula a diario por un firme en mal estado.
Allí se han lamentado, protestado y recibido a políticos. Y todos están de acuerdo. La Junta General del Principado ha llegado a aprobar una proposición no de ley para mejorarla. Con el voto del PSOE, argumentando que trabaja en un proyecto para reparar la vía por tramos. Primero Grado-Sama de Grado y después Sama de Grado-Trubia.
La carretera, de hecho, aparece entre las vías de titularidad regional que se encuentran en mal estado y hay previsión de intervenir de aquí a 2018. Un documento de la Consejería de Fomento incluye otras ocho en el concejo: otra en Trubia, a Los Campos, Avilés; una entre Llanera y Las Regueras pasando por Oviedo; dos en Olloniego (a Riaño y a Campomanes); de San Esteban de Las Cruces a Frieres, la carretera de Siones, la de San Claudio a Ponteo y de Folgueras a Ladines. Todas necesitan, sobre todo, renovar su pavimento. EL COMERCIO ha estado en ellas con los vecinos que las sufren.
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