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MARCO MENÉNDEZ
Viernes, 21 de marzo 2014, 03:49
La Empresa Municipal de Aguas (EMA) logró cerrar el año pasado con un beneficio histórico de 2.478.925,69 euros gracias a, entre otras cosas, que la empresa asumiera trabajos que antes tenía externalizados, la intensificación del servicio de cobros y recobros, y una gestión minuciosa del día a día.
Ese balance positivo de las cuentas se consiguió a pesar de que aumentaron los gastos de personal, al haberse abonado la paga extra de Navidad que había suprimido el Gobierno central, un importante incremento en el consumo eléctrico y también la subida del agua captada a la red de Cadasa.
En la parte positiva, el hecho de que los trabajadores de la empresa hayan asumido labores que hasta hace poco estaban externalizadas supuso a la EMA un beneficio de 1,4 millones de euros. Dentro de este apartado, por ejemplo, solo en los trabajos de limpieza de sumideros se logró un ahorro de 300.000 euros, ya que el año pasado lo realizaron parejas de trabajadores de la propia empresa municipal, en lugar de personal externo. Pero es que la plantilla de la EMA ha asumido otros trabajos, como las reposiciones de materiales, las acometidas de agua a los clientes o la limpieza de depósitos, entre otras cosas, siempre sin descuidar el mantenimiento de las redes de suministro y de saneamiento. Ello conlleva, por otro lado, un incremento en la carga de trabajo del personal, con un aumento de la jornada laboral y de las guardias.
Ahora solo se sacan a licitación las obras necesarias y aquellas que requieren de material que la EMA no tiene, caso de palas excavadoras, hormigoneras o aglomerado, entre otras. Estos trabajos se convocan mediante licitación electrónica, lo que permite que sean más los proveedores que concurren al concurso y, al mismo tiempo, mayor transparencia.
Ya se han hecho unas 50 licitaciones por este sistema, lo que permite conseguir unos precios de contrata más baratos que en los años anteriores.
Otro aspecto que ha permitido a la EMA ahorrar dinero fue la potenciación del servicio de cobros y recobros, en el que cuatro personas se dedican a la gestión de los impagados. El año pasado se aprovisionaron en este capítulo 230.000 euros, pero este servicio consiguió que el resultado final fuera de solo 14.000. Así y todo, la deuda total se redujo en 1,8 millones de euros, al pasar de 12 millones a 10,2. El resto del beneficio se logró con una gestión contenida del día a día y la eliminación de algunos gastos que ahora no se consideran imprescindibles, como un servicio de información meteorológica por el que se abonaba 6.000 euros anuales, quizá necesario en otros tiempos, según los responsables de la empresa municipal, pero no ahora.
Ese trabajo de contención del gasto, mejor gestión y redistribución del trabajo tuvo como contraprestación un ejercicio en el que bajó la facturación, aumentaron los gastos, subió el agua captada de Cadasa y se disparó la factura eléctrica. En cuanto a la facturación del año pasado fue de 16,3 millones de euros, unos 850.000 menos que en 2012. Ello se debió no solo a una menor actividad empresarial, sino también a una reducción en el consumo doméstico, que fue de 145 litros por habitante y día.
Gijón se abastece fundamentalmente de las traídas de agua de Los Arrudos (Sobrescobio) y Llantones. En la primera, que aporta un tercio del agua que se consume en el municipio, fue necesario realizar una importante obra de renovación de la canalización. Ello obligó a la EMA a hacer uso de los acuíferos de su propiedad y a captar agua de Cadasa, el consorcio asturiano que surte a gran parte de la región. Esa captación, además, tuvo lugar en verano, cuando el agua es más cara. En 2012 se pagaron al consorcio 3,4 millones de euros, mientras que el año pasado la factura subió a 3.637.000 euros.
La factura eléctrica
Pero una de las subidas más importantes a las que tuvo que hacer frente la empresa municipal fue la de la factura eléctrica, y todo ello porque 2013 fue un año con muchas lluvias. El pluviómetro de Roces registró 1.530 litros por metro cuadrado, cuando el año anterior solo fueron 979. Eso hace que haga falta mucha energía en las estaciones de bombeo para llevar el saneamiento y el agua de pluviales a las depuradoras de La Reguerona y El Pisón. La primera emitió 27,5 millones de metros cúbicos, frente a los 17,6 de 2012, mientras que en El Pisón fueron 22,3, frente a los 13,6 del ejercicio anterior. Eso hizo que la factura eléctrica pasara de 1,5 millones abonados en 2012 a 1.984.000 el año pasado.
Por fortuna, la EMA también es capaz de sacar provecho energético al agua que gestiona. Y lo hace con la traída de Los Arrudos. El año pasado la rentabilidad que obtuvo fue mucho menor a la de años anteriores, precisamente por las obras realizadas en esa canalización durante unos seis meses, paralizando la captación. El manantial de Los Arrudos pasa por dos centrales hidroeléctricas, una ubicada en Nava y otra, en Caldones. La energía producida es vendida a las empresas que gestionan esas centrales, aunque está claro que al pagar el consumo es a un precio superior al de venta. De todas formas, el año pasado se consiguió una rentabilidad en este aspecto de 155.000 euros, si bien el año anterior había llegado a los 215.000.
Un dato para la esperanza es el referido a las acometidas de agua ejecutadas, la mayoría ligadas al sector de la construcción. El año pasado fueron 139 -42 en la zona rural y 77 en la urbana-, frente a las 279 del año anterior o las 500 de 2009.
Pero es que en el periodo comprendido entre enero y febrero los datos son halagüeños. En esos dos meses de 2012 se contabilizaron 41 acometidas, mientras que en 2013 bajó a 20 y este año aparece una recuperación al situarse en 32. Es un síntoma.
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