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A. PALACIO
Domingo, 9 de marzo 2014, 01:32
La Policía ya está tras la pista de los presuntos autores de los robos e intentos de robo registrados esta semana en los trasteros de uno de los bloques de viviendas de VIPASA de la avenida de la Grandiella, en La Magdalena. Así se lo han comunicado a los vecinos afectados, tras varios días de investigaciones. Los residentes confían en que se solucione todo cuanto antes y VIPASA atienda así sus peticiones respecto a los garajes y la seguridad en los trasteros.
Muchos de los vecinos, que residen en estas viviendas desde el mes de junio, comentaban ayer que «no es la primera vez que algo similar sucede», y relataban que «la sensación de inseguridad es constante» para muchas familias. En este bloque de viviendas hay cuatro portales, y aunque el acceso se produjo por uno que no tiene cerradura, «desde hace meses», según los propios inquilinos, los trasteros más afectados fueron los de otros dos portales contiguos. Todos los vecinos tienen su almacén en el primer y el segundo sótano del edificio, a la espera de que se habiliten las plazas de aparcamiento, que quedarán en el primer sótano, que siguen sin repartir. Esta es otra de las quejas de los vecinos, que por el momento aparcan en las inmediaciones de su casa.
Según los afectados, los primeros robos se produjeron el jueves por la tarde, y el viernes muchos de los vecinos se enteraron de que sus trasteros habían sido forzados. En algunos sí faltaban cosas, en otros únicamente se había forzado la puerta o las rejillas de la parte superior. O se habían marcado para dejar claro dónde podría haber artículos más interesantes o de más valor, como explicaron los vecinos el viernes a LA VOZ. «La Policía nos ha dicho que lo tocaron todo, que usaron guantes, pero que hay marcas y han dejado pistas», insistieron los afectados.
«A mi marido le robaron la caja de herramientas que usa para trabajar, porque es mecánico, y una bicicleta que también teníamos guardada ahí», explicaba una de las afectadas, que reside con su familia en la vivienda. Ella fue una de las que alertó al resto de vecinos, y su marido uno de los que interpuso la denuncia para que se pueda dar con los responsables, porque fue gracias a ellos cuando se supo que habían robado. «El tenía que bajar a buscar unas herramientas y se dio cuenta de que faltaban y fue cuando también vio que había algunas puertas forzadas». Los trasteros de otras dos vecinas de su portal, que también son de su mismo piso, también habían sido abiertos.
Marcas de zapatos
«Los intentaron forzar todos, abriendo con palanca algunos», indicaba otra vecina. Y una tercera comentó que «el mío tenía una marca como de un zapato, posiblemente porque intentaran entrar dando una patada después de hacer palanca, porque ambas cosas se ven ahora en la puerta», que sí cierra, pero ha quedado vencida por culpa del intento de robo. El de esta vecina guardaba «una secadora y sillas supletorias que igual no valen para nada, que no tendrían mucho valor». Los agentes de Policía les explicaron que «acceder a estos trasteros es muy sencillo», porque las cerraduras se pueden forzar fácilmente, como así ha sucedido.
A los trasteros se tiene que acceder a través de los portales o bien por la puerta del garaje «que nunca está cerrada». Los inquilinos comentaban ayer que «la puerta de acceso a pie no funciona bien, y generalmente está siempre abierta», otro de los motivos de 'conflicto' entre los vecinos. «Muchas veces se ha dicho que se cierre, pero no hay manera, y si el último que entra es de los que se preocupa, pues sí lo hace, pero de lo contrario se queda abierta por la noche, porque está más veces abierta que cerrada», resumían en otro de los portales. De hecho, en la noche del viernes «estaba así cuando llegamos y por eso entré a casa por el garaje», comentaba una vecina del bloque, que vio que a su trastero no le había pasado nada.
Sin embargo, no todos los vecinos estaban al corriente de lo sucedido, y muchos de ellos admitían no usar casi el trastero ni almacenar cosas de valor. Otros aprovecharon el robo para sacar todas sus pertenencias hasta que se esclarezca la situación. «Muchos de nosotros teníamos cosas como microondas, cañas de pescar y también bicicletas, que hemos retirado a tiempo para que no las roben».
Ahora, los inquilino del bloque esperan que VIPASA tome medidas para, por lo menos, arreglar los cierres que llevan sueltos varios meses. «Lo hemos dicho muchas veces, que las puertas del garaje no cierran y que la cerradura del portal está mal también, pero no hacen caso». Otra afectada comentaba que «estamos cansados de mandar por fax a VIPASA aquello que nos hace falta, para que lo solucionen, y que nadie nos diga nada».
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