Cientos de personas recuerdan en Villaviciosa a las víctimas de Tordómar

La iglesia parroquial de Villaviciosa se quedó ayer pequeña durante la misa organizada por el colegio San Rafael en recuerdo de María Medio, de 36 años, y de sus hijos Santiago y Carmen Fuentes Medio, de seis y cuatro años, tres de las víctimas del incendio de Tordómar que residían en la villa. Amigos, allegados, vecinos y toda la comunidad educativa quisieron arropar a las familias de Ignacio Fuentes y de su cuñada Lola -la única de las tres hermanas que sobrevivió a la tragedia- además de trasladarles el cariño de un pueblo conmocionado por la tragedia. «Está siendo un trago muy duro y con la circunstancia añadida de que el padre se queda solo. Estamos muy impresionados, pero queremos expresarles todo nuestro cariño, que la familia nos sienta muy cerca», acertaba a decir Virginia García del Cueto, directora del centro en el que María realizó sus prácticas de Magisterio y al que acudían a clases sus dos hijos.

La ceremonia estuvo llena de gestos, como el corazón con el nombre de los fallecidos que los alumnos depositaron en el altar y los cuatro ramos de flores que la comunidad educativa entregó a la Virgen del Portal en una emotiva ofrenda. «Simbolizan una nueva oportunidad, un mañana mejor», expresó Ángeles García, directora de Primaria. «Santi, con su particular estilo, con los pantalones torcidos y amante del fútbol y Carmen, nuestra rubita, emocionada por el patinaje. Y María, que irradiaba ternura, alegría y optimismo. Os recordaremos siempre con una sonrisa», aseguró.

Por su parte, el párroco de Villaviciosa, Jorge Cabal, se sirvió de la figura del Buen Pastor -que representa a Jesús portando una oveja-, para explicar a los compañeros de los niños la pérdida de Santi y Carmen. «Se han ido a un viaje muy largo y Jesús ha sido su medio de transporte», comparó.

Los familiares de las seis víctimas reiteraron ayer, en un comunicado, su agradecimiento «por el apoyo y solidaridad» de todas las personas en estos días. «Nos vimos arropados por todos, por las autoridades civiles y religiosas, por nuestros amigos y por una atmósfera social impresionante, que nos ayuda a sentirnos más fuertes», señalaron.