Borrar
En Cuevas del Mar las piedras no sólo cubren la práctica totalidad del arenal, también parte del acceso a esta playa del concejo de Llanes . :: NEL ACEBAL
El temporal cambia las playas
Oriente

El temporal cambia las playas

En el Oriente en su mayor parte han perdido una importante cantidad de arena o han sufrido daños de distinta consideración a causa del fuerte oleaje

TERRY BASTERRA

Domingo, 23 de febrero 2014, 18:16

Apenas unas semanas después del último gran temporal de olas de este invierno en el Cantábrico las playas de la comarca presentan un estado dispar en función de los concejos donde se encuentran situadas y de las labores de limpieza y acondicionamiento que han hecho en los distintos ayuntamientos. Aunque con alguna excepción, un hecho generalizado en las playas es que buena parte de las situadas en el Oriente han perdido gran cantidad de arena. Hasta el punto de que en arenales como los de Borizu o Toró, en Llanes, ha quedado al descubierto la capa de arcilla que había bajo ella. En el resto de las playas de la comarca afectadas por el mismo problema lo que ha sucedido es que el número de rocas visibles se ha incrementado notablemente y, si el mar no devuelve este suave manto a los arenales con los temporales que aún restan por llegar antes de que finalice este invierno, en verano, serán muchas las personas que tendrán que colocar su toalla entre estas grandes piedras.

Este diario ha recorrido las principales playas de la comarca. Comenzando por el oeste, en el municipio de Colunga, el primero de estos espacios destacable es el de Lastres. Allí la cantidad de piedras y rocas que han dejado en la superficie los distintos temporales es importante. Al margen de esto sólo hay un pequeño argayo en el extremo derecho de la explanada donde se encuentran los antiguos baños de este arenal.

Mucho mejor aspecto presenta la cercana playa de La Griega. Allí, al contrario que su vecina Lastres, da la sensación de que, no sólo no ha perdido arena, sino que goza de la misma, o incluso más, que el pasado verano. Además se están llevando a cabo tareas de limpieza y acondicionamiento para que recupere su habitual imagen.

En La Isla el fuerte oleaje se ha llevado también arena pero sólo de la parte alta de esta playa. Esto hace que una de las rampas de acceso al arenal acabe ahora en un importante escalón de cerca de medio metro de altura. También se aprecian daños en uno de los extremos de la barandilla del paseo existente, así como alguna que otra losa de este camino levantada a causa del oleaje.

El siguiente municipio es el de Caravia. La playa de La Espasa fue seguramente una de las que se llevó la peor parte de todo el Oriente con aquel gran temporal del 2 de febrero. Las enormes olas sobrepasaron la playa e inundaron el parque posterior, así como varias viviendas de particulares y establecimientos hosteleros que aún siguen reparando los daños. También dejó todo el paseo repleto de piedras. Tres semanas después la imagen es otra. Aunque la playa sigue repleta de miles de piedras redondas, el paseo y el mobiliario situado junto a este arenal ha recuperado su aspecto anterior. Gracias a las labores de limpieza de los operarios municipales casi no parece que esta playa haya sido una de las más afectadas por el temporal si no fuese por la rotura de parte de la escollera construida por la Demarcación de Costas a la altura de donde se encuentra uno de los puntos de observación de los socorristas, o los tramos de barandilla rotos a lo largo del paseo.

El Arenal de Morís, por su parte, ha perdido gran cantidad de arena, en especial en el entorno de las zonas de acceso a la playa. Allí ahora se pueden ver rocas de grandes dimensiones. En el resto de la playa abundan las piedras sueltas. En los taludes de este arenal queda constancia de la ingente fuerza de aquella marejada del 2 de febrero. Y es que, además de algún que otro desprendimiento de pequeñas dimensiones, llama la atención el estado en el que ha quedado la hierba de estos lugares abrasada por el salitre, y que revela la altura que alcanzaron las olas al chocar contra estas paredes de tierra.

En Ribadesella las playas presentan un aspecto bastante mejor de lo que se podría esperar después de tanto temporal. En Vega el aspecto más destacado es que dos de las conducciones que discurren bajo el río Acebu han quedado al descubierto. Santa Marina, por su parte, también presenta un aspecto bastante decente y no presenta daños destacables. Incluso se podría decir que aparentemente el oleaje ha introducido arena en esta playa.

En Llanes, dado el elevado volumen de arenales existente en el concejo, sólo se han analizado algunos de los más destacados. En Cuevas del Mar la playa ha quedado repleta de unas piedras que alcanzan hasta la carretera en algunos puntos. San Antolín, por su parte, presenta un estado bastante similar al de antes de que se iniciase esta serie de temporales. Incluso tiene más arena en algunas de sus zonas. Los mayores daños en la playa de Barro son los que se encuentran en el talud que da fin a la playa y sobre el que se asienta el aparcamiento existente. Allí se ha desprendido una parte del muro y han quedado al aire las raíces de tres notables palmeras, una de las cuales está ligeramente inclinada hacia la playa. Además el chiringuito situado en el extremo occidental de este lugar también ha sufrido daños en su parte baja, en especial en el acceso desde la playa donde la mar arrancó los escalones.

En Borizu las olas y la resaca se han llevado tal cantidad de arena que en muchas zonas sólo queda arcilla junto a multitud de rocas que han quedado en la superficie. Precisamente esta ausencia de arena es lo que ha revelado la existencia de varias fosas en la parte occidental de la playa de las que aún se desconoce su origen. En la de San Martín la escalera que da acceso a esta joya de la naturaleza ha perdido uno de sus tramos haciendo muy difícil acceder ahora a ella.

El Sablón también presenta un aspecto deficiente. El oleaje rompió la ducha existente, faltan varios escalones de la escalera metálica situada en la parte sur de esta playa, la ausencia de arena ha dejado al aire numerosas piedras así como la base del paseo que la circunda y de la escollera construida para proteger a la playa de argayos. Además en los bancos situados en el paseo se han roto algunas de sus tablas. Toró, por su parte, también ha perdido tal cantidad de arena que en algunas zonas ha quedado visible la base de arcilla. Allí ahora abundan las piedras y la barandilla de la escalera que sirve como acceso a esta playa está rota.

Por su parte la ribadedense playa de La Franca apenas refleja el paso de los temporales y su estado es el habitual en este arenal.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El temporal cambia las playas