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L. FONSECA
Sábado, 22 de febrero 2014, 02:40
Mercedes Fernández Álvarez se siente «una paciente fantasma». Lleva desde marzo de 2013 aguardando por una operación de prótesis de rodilla, pero hace poco se enteró de que no figuraba en la lista de espera oficial, «esas de las que tanto habla el consejero y, en las que, según él, no hay enfermos que lleven esperando más de medio año», recrimina. Mercedes, gijonesa de 59 años, acumula una demora de casi un año, «pero conozco a otro chaval que pasa ya de los 500 días», dice.
Esta trabajadora de Liberbank, ahora afectada por un ERE, entró en lista de espera en el Hospital de Cabueñes en marzo de 2013. Le tienen que implantar una prótesis en su maltrecha rodilla derecha. La suya no es una cirugía de rutina, dice. Mercedes sufre artritis desde niña, una dolencia que con el paso de los años se le complicó con una osteoartrosis generalizada. Sus articulaciones «están muy limitadas», explica. Cosas tan sencillas como doblar la mano o el brazo se le hacen cuesta arriba, lo que unido a la rigidez de su otra pierna, la izquierda, da cuenta de que «no soy un caso sencillo».
Por eso, cuando en agosto la llamaron de Cabueñes para proponerle operarla en Cruz Roja, «dije que no. Pero no me negué por capricho, no tengo nada contra ese hospital, del que me han hablado muy bien, pero mi situación particular requiere de una rehabilitación específica, especial». Tras su negativa, y ante el temor de que «me podían sacar de la lista de espera», llamó a Cabueñes para preguntar. «Me dijeron que estuviera tranquila, que seguía en la lista».
Pero no fue así. El pasado 14 de febrero, en una segunda cita que tuvo con la Inspección Médica, la inspectora quiso interesarse por la demora de Mercedes, que le parecía «excesiva». En Cabueñes «le dijeron que ya no estaba en lista de espera, que como me había negado a ir a Cruz Roja que me habían quitado». La explicación dada por el hospital cabreó a Mercedes «pero también a la inspectora, a la que nadie había informado de este cambio de situación». Mercedes se dirigió ese mismo día a Cabueñes, donde logró tras mucho insistir y protestar que «alguien de Atención al Paciente me explicara, por vez primera en meses, que no estaba en lista de espera oficial sino en lista de espera no programable». ¿Qué supone eso? «Pues que me llamarán cuando haya un hueco», lo que releva que en Sanidad «hay una lista oculta».
Mercedes se siente «engañada». «No te dicen la verdad de lo que pasa y encima te dejan tirada como un mueble», asegura. «Parecemos pacientes invisibles, fantasmas», comenta indignada. En su opinión, la normativa sobre tiempos máximos de espera que anunció días atrás el consejero «ya se está aplicando. A mi me han quitado de la lista por negarme a ir a otro hospital».
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