

Secciones
Servicios
Destacamos
GUILLERMO F. BUERGO
Miércoles, 19 de febrero 2014, 03:31
El ribadedense José Riestra Nieto, vecino de Párrade, un arrabal de la localidad de Boquerizo, cumplía ayer 103 años en pleno dominio de sus facultades. Y sus parientes, vecinos y amigos no cesaron de felicitarle a lo largo de toda la mañana a través de discos dedicados en una emisora de radio de San Vicente de la Barquera. Familiares tiene por decenas y amigos a centenares. Todos ellos destacan la vida singular de Pepe. Nunca le dolió la cabeza, no probó el alcohol ni encendió un cigarro. Tuvo carné de conducir hasta hace un par de años. Lee la prensa a diario sin necesidad de usar lentes. Corrió la Vuelta Ciclista a España de 1936 y fundó, de la nada, la localidad en la que habita con su familia.
Riestra no le daba especial relevancia a su cumpleaños de ayer y afirmaba que «103 años los cumple cualquiera. No tiene ninguna importancia. El ser humano vive muy poco. Para los trabajos y luchas que desarrolla, cien años no son nada».
Viudo de Saturnina Noriega desde hace 14 años, al contraer matrimonio abandonó el caserío de La Solana, que era propiedad del marqués de Hoyos y pretendía que Riestra siguiera con las vacas a comuña. Pero Pepe ya era un verso libre del mejor soneto y se trasladó a Párrade, donde levantó una cuadra y la familia vivía en el pajar. Antes de su llegada, Párrade no era nada: un paraje sin caminos, repleto de árgomas, árboles y piedras. Allí edificó la casa familiar, construyó dos cuadras y roturó 14 hectáreas. Dos hijos y dos nietos de Riestra mantienen en la actualidad una casería con 120 vacas frisonas, 35 ovejas, diez cabras, 50 gallinas, tres cerdos y seis perros.
Aunque la principal fuente de ingresos del clan familiar tuvo siempre relación directa con la ganadería y la agricultura, la verdadera pasión de Riestra fue la de intervenir en la partición de herencias, medir fincas y realizar inventarios y tasaciones. Entre sus vecinos fue considerado un hombre justo, honesto y bueno y sus servicios eran requeridos para esos complicados menesteres. Un oficio no exento de riesgo porque «cerrabas la partición de una herencia por la tarde, la familia se peleaba por la noche y a la mañana siguiente había que empezar de cero», comentó Riestra.
Su vertiente nostálgica se inclina hacia el ciclismo. Con 25 años participó en la Vuelta Ciclista a España de 1936, la que ganó el belga Gustaaf Deloor sobre un recorrido de 4.634 kilómetros, en 21 etapas. Pero antes, teniendo como principales rivales a Vicente Trueba y Federico Ezquerra, las figuras del momento, se llevó sonados triunfos en carreteras de Asturias, Cantabria y el País Vasco.
Acompañado por seis hijos, cinco nueras, trece nietos, diez bisnietos y tres sobrinos, Riestra soplaba ayer las velas de una tarta con la esperanza de repetir en 2015.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.