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ANA SALAS
Miércoles, 22 de enero 2014, 02:37
Tomar el café a la luz de las velas parece una propuesta agradable para casi cualquiera. Puede que no tanto cuando es por obligación, porque han cortado la luz. Es el caso de un bar de La Florida. El único que permanece abierto de los nueve a los que HC les ha desconectado el suministro eléctrico por manipulación de los contadores. Hay quien se siente víctima de una estafa venida de una falsa empresa vinculada al sector eléctrico.
A las velas le acompaña un silencio casi total, solo interrumpido por el volumen bajo de las conversaciones de la clientela. Sin cafetera exprés, sin máquinas tragaperras o de tabaco, sin televisión, ni lavavajillas, ni exprimidor, ni nada que funcione con luz.
Los trabajadores lo acusan. Es más carga para ellos. Los clientes, sin embargo, parecen no echar en falta nada. «Al principio nos chocó pero ahora ya nos hemos acostumbrado, y así seguiremos hasta que lo solucionen», explicó Virginia Pastora que ayer paró a tomar el aperitivo. En la barra, dos personas (que prefirieron no dar su nombre) se indignaron al pensar que «unos se enriquecen a costa de otros. Con tanta corrupción de los políticos y aquí no les dejan ni trabajar con la de bocas que hay que alimentar», defendieron.
José Ignacio Domenech y Maite Núñez fueron a comer un día, les gustó, y ayer repitieron. «Al sentarnos nos dimos cuenta de que no había luz». Aún así continuaron con sus planes: «La comida está muy buena». El menú aparece escrito en una pizarra próxima a la calle como si nada pasara dentro. Pero sí ocurre. Cocinan con gas y con los productos justos evitando guardar nada para el día siguiente porque no funciona tampoco la nevera ni el congelador.
El 14 de enero HC les cortó la luz. Ese día perdieron «todo el material», lamenta el propietario del bar que se siente «víctima de un engaño». No quiere decir su nombre ni que aparezca el de su local, pero cuenta que en junio llegaron unos individuos «trajeados» al negocio y se presentaron como procedentes de una empresa (con CIF y teléfono) que lograba reducir el consumo eléctrico poniendo un dispositivo en el contador y colocando bombillas 'led' en el establecimiento. Ese día le cobraron 300 euros, y otro tanto durante tres meses más. En total, 1.200 euros. Nunca pensó que estaba siendo «víctima de una estafa». Ahora, mientras le devuelven la luz, intenta seguir trabajando: «No hemos matado a nadie», defiende .
Considerado un delito
Para que la compañía le vuelva a dar el alta tiene que comprobar que todo lo instalado responde a lo establecido por la legislación y, por tanto, cumplir con la normativa de seguridad. Aparte, recalcular la energía consumida y no abonada. En este caso, desde junio a enero. Pero varía en el de cada hostelero afectado, que ayer guardaron silencio. Sus bares permanecieron cerrados. Algunos, con un cartel de 'Cerrado por vacaciones' ocultando lo que realmente ha sucedido.
El fraude eléctrico es un delito tipificado en el Código Penal que puede conllevar sanciones que ascienden hasta los 140.000 euros en las situaciones más extremas. No solo por 'robar' energía sino porque con una instalación manipulada ponen en riesgo la integridad de quienes trabajan allí y de sus clientes. El ovetense no es un caso único. HC ha cortado la luz a otros hosteleros de la región. Desde el verano, la Policía Nacional ha constatado un incremento de estas manipulaciones.
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