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El «abandono» de La Manjoya
Oviedo

El «abandono» de La Manjoya

La asociación vecinal reclama mejoras sanitarias, de saneamiento y en el transporteEl alcalde de barrio califica la situación de la zona como «tercermundista» y exige el arreglo del consultorio médico

IDOYA REY

Lunes, 13 de enero 2014, 09:17

El consultorio médico de La Manjoya ocupa la planta baja de un viejo caserón. Algunas ventanas están tapiadas y otras, en la planta superior, directamente sin cristales. Tras subir una pequeña rampa, los pacientes deben aguardar su turno en una sala de espera de escasas dimensiones y sin quitarse el abrigo. «De hacerlo igual salimos más enfermos de lo que llegamos», lamenta María, una de las residentes en La Manjoya. El frío se cuela por todas las rendijas del viejo edificio y solo cuentan con un pequeño radiador eléctrico para calentarse. «Hasta la doctora tiene que pasar consulta con el abrigo puesto», insisten los pacientes que, como todos los vecinos, reclaman mejoras para una zona «totalmente abandonada».

La Asociación de Vecinos Santiago de La Manjoya entregó al Ayuntamiento hace poco más de un mes un documento enumerando las actuaciones que más urgen a la zona, algunas municipales y otras regionales. Lo acompañaron de 400 firmas. «Son cosas que necesitamos y no requieren grandes inversiones, porque sabemos que existe una crisis económica», defiende el alcalde de barrio, Recaredo Rodríguez. Una de ellas es la mejora en el consultorio médico, donde la doctora y la enfermera ni siquiera pueden guardar vacunas para la gripe: la nevera está completamente oxidada.

«No somos escuchados y la mayoría de las veces ni se contesta a nuestras peticiones. No son precisamente pocas ni baladíes. Nos sentimos realmente abandonados, tratados como ciudadanos de segunda clase», reclaman los vecinos de La Manjoya. Y eso mientras la población de la zona crece año a año.

Sin saneamiento

Parece difícil de creer que los habitantes de una localidad a apenas tres kilómetros del centro de Oviedo vivan sin saneamiento en sus casas. Es lo que les ocurre a la treintena de vecinos del barrio de San Torcuato, en La Manjoya. El Ayuntamiento les había prometido solucionar la situación el año pasado, pero de momento nada ha cambiado en el pueblo. «Dicen que existe un proyecto, pero sigue igual. Los vecinos tienen que pagar para vaciar los pozos negros y a veces el agua sale por los retretes, mientras pagan la tasa del saneamiento como los demás», comenta Julian Díaz, miembro de la asociación de vecinos.

El presidente del colectivo, Aladino Vázquez, insiste en que la situación de La Manjoya es «inaceptable». «Es tercermundista», añade el alcalde de barrio. Además del consultorio y el saneamiento de San Torcuato, los vecinos denuncian la existencia de una suerte de vertedero ilegal, un solar donde algunas personas arrojan escombros, chatarra y basura: «Está lleno de ratas y pedimos que se limpiara. Vino un chico a hacer unas fotos y hasta hoy», critica Rodríguez.

La suciedad también se acumula muchas veces en los márgenes de las carreteras. «No tienen cunetas y cuando llueve, además de lo peligroso, las ramas y la suciedad son arrastradas por el agua carretera abajo llegando a inundar una casa en San Miguel», cuenta el alcalde de barrio. Solo en una pequeña zona de El Condado existen las reclamadas cunetas, pero en este caso son una especie de zanjas en el pavimento, «que son muy peligrosas».

Otra de las viejas reclamaciones de La Manjoya tiene que ver con el transporte público. Desde 1991 está aprobado que la línea número 10 de TUA llegue hasta la Pereda. «Ahora hay que caminar dos kilómetros hasta la parada del autobús», comentan.

Por eso se movilizaron tanto hace poco más de un año, cuando el Consistorio cortó un tramo de carretera de la zona de nueva urbanización que conecta con el barrio de Cabornio. «Los vecinos del barrio debían de dar un gran rodeo, caminar aún más para llegar al autobús y otros servicios. No tiene sentido, los coches siguen pasando».

La colocación de señalización vertical, la cesión de un terreno para la creación de instalaciones deportivas y la recuperación de las abandonadas escuelas de El Condado como centro social son otras de las demandas que los vecinos de La Manjoya exigen. «No nos rendimos», dicen.

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