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O. SUÁREZ
Domingo, 12 de enero 2014, 10:31
Era abogado, pero se apartó de las leyes para dedicarse en cuerpo y alma a recuperar y mantener las costumbres asturianas. Luis Argüelles Sánchez, creador del Museo del Pueblo de Asturias y de la Gaita, falleció ayer a los 84 años. No pudo superar una neumonía que se le había agravado y que le mantenía hospitalizado desde hace varios días.
El que fuera estrecho colaborador durante décadas de EL COMERCIO a través del buceo en la hemeroteca del 'Viejo Gijón', murió rodeado de sus familiares y dejando tras de sí una vasta trayectoria a base de horas de estudio e investigación. Asturianista de pro y apasionado de las tradiciones regionales, consiguió trasmitir su pasión a todas aquellas personas con las que solía charlar largo y tendido, siempre ataviado con su característica boina.
Porque Luis Argüelles era un erudito y no dudo en desafiar a los que a mediados del siglo pasado llegaban incluso a despreciar las raíces, la indumentaria, los bailes o la música. No lo tuvo fácil, pero no le coartaron en sus propósitos a aquel hombre afable y que nunca se resignaba al olvido del pasado.
En la década de los años 50 creó en Torrecerredo su propio grupo folclórico. Fue insistente también con su amigo Daniel Palacio en aquella ambiciosa idea de crear un museo etnográfico que se convertiría en realidad años después, no sin mucho trabajo, tesón y desafíos. Fue en 1967 cuando durante la clausura de la Feria Internacional de Muestras de Asturias planteó oficialmente a Luis Adaro poner en marcha el proyecto. No lo tuvo fácil, pero lo consiguió.
Disfrutaba de sus largas conversaciones con el pintor Marola, con el padre Patac y con todo aquella persona con la que compartir conocimientos. Porque si algo le gustaba a Argüelles era crecer interiormente y tirar de su proyecto. Vivió su sueño durante dos décadas, hasta que el Ayuntamiento decidió darle un nuevo enfoque al conjunto etnográfico creado por él. Se fue sin estar de acuerdo y más tarde los tribunales le dieron la razón.
Empezó entonces de bibliotecario en la biblioteca de El Coto. Todo lo vivía con ilusión y aquello no iba a ser menos. Allí consumió sus años labores y consiguió recuperar la Cruz para los vecinos de Ceares. Lo elogiaron y le agradecieron que una vez más, Luis Argüelles, les devolviese su pasado.
«Era una persona muy alegre, siempre estaba bromeando y estudiando sobre temas que tuviesen relación con Asturias. Le interesaba todo, la literatura, la historia, la música», recordaba ayer emocionado su hijo Luis, que recibió numerosas condolencias desde que los muchos amigos de su padre se enteraron del fallecimiento, ocurrido sobre las siete de la tarde.
Sus restos mortales serán velados a lo largo del día de hoy en la sala 13 del tanatorio de Cabueñes. La iglesia parroquial de La Resurrección, en la calle Infiesto, acogerá mañana el funeral a las 17 horas. Sus restos mortales serán luego incinerados. Se va Luis Argüelles, pero deja un amplio legado que sirve para conocer la región, la historia y sus gentes. Sus conocimientos perduran.
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