

Secciones
Servicios
Destacamos
MIGUEL ROJO
Sábado, 4 de enero 2014, 02:40
Escritora vocacional pero tardía, después de siete novelas para adultos se atreve con un libro destinado al público juvenil que lleva por título 'El misterioso anacoreta' (KRK ediciones). La asturiana María Luisa Prada destila afecto y cercanía, y deja que ese néctar impregne lentamente tanto sus palabras como sus páginas. Observadora incansable, disfruta describiendo recuerdos, situaciones y escenarios, pasándolo todo por el filtro de su fantasía. El resultado es un libro agradable al paladar, reposado, con un final especiado que deja buen sabor de boca.
-¿Por qué un libro juvenil después de siete novelas para adultos?
-Me lo pidieron mis nietos, aunque en mi opinión no hay mucha diferencia. La literatura está bien escrita o no, no se sabe muy bien dónde está la diferencia del libro para adultos y del libro para niños o jóvenes. Es cierto que si quieres llegar a ese público el vocabulario, los enfoques y la forma de expresarse debe ser familiar para ellos, pero cualquier adulto puede disfrutar también con la historia.
-En todos sus libros hay un peso importante de la experiencia personal. Se nota que conoce los lugares que describe y le gusta recrearse en los detalles....
-Es muy importante saber de qué se habla, y eso se nota en el resultado. Por ejemplo el lugar en el que se desarrolla la historia, Pinoviejo, está basado en el pueblo en el que yo pasaba las vacaciones de pequeña, siempre está en mi imaginación cuando describo las situaciones, las sensaciones, los recuerdos... Valentín del Fresno, que hace las ilustraciones, supo reflejarlo perfectamente a través de las descripciones. Si ves los dibujos lo identificas, a pesar de que nunca estuvo allí, así que parece que he logrado reflejarlo bien.
-¿También existe el anacoreta que da título al libro?
-Es cierto que conocí hace mucho tiempo a un anacoreta en Soria, en la ermita de San Saturio. No tenía la barba larga, pero sí me llamó mucho la atención su situación, su forma de pensar. Algo hay de él en este personaje, aunque el del libro no sea un anacoreta como tal, es como le llaman los del pueblo porque le gusta vivir apartado y en soledad.
-Cuando se acerca el final del libro hay un giro importante que no desvelaremos pero que es importantísimo para el desenlace...
-Cualquiera que me conozca sabe que me gusta sorprender y complicar las cosas en mis historias. En esta también sucede algo así. El poder del cerebro humano es mucho más potente de lo que se piensa, hay cosas que hoy son inexplicables que quizás en el futuro podamos comprender. No voy a contar más.
-Además de entretener, este libro introduce un montón de conceptos que quizás sean complicados para un público joven...
-Tiene una base didáctica muy importante, con esa intención lo escribí también. Creo que además de entretenerles es importante que les haga pensar, que no se lo den todo hecho.
-Eso siempre será positivo para cualquier tipo de lector, ¿no?
-La literatura, como la prensa, tiene una responsabilidad mayor de lo que la gente cree. Los periódicos y los libros tienen la capacidad de hacer que la gente entienda las cosas, y una gran influencia en el estado de ánimo de las personas. Cuando en un periódico se habla de historias de superación, de cultura o de arte se está favoreciendo el desarrollo de la sociedad.
-¿Cómo afronta el proceso creativo? ¿Se centra en una sola historia hasta que la completa?
-Siempre escribo varias cosas a la vez y leo varias cosas a la vez también. Lo primero que busco es el final, el desenlace de la historia. Si no lo tengo, no empiezo ni a escribir. Después ya trato de gestar la trama, que va cambiando según avanza. Hasta los personajes van cambiando de nombre y de personalidad hasta que consigo que todo encaje.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.