Borrar
El humo y un helicóptero sofocando las llamas, en Sardeu. :: N. A.
Los montes de Ribadesella sufren el tercer incendio forestal en quince días
Oriente

Los montes de Ribadesella sufren el tercer incendio forestal en quince días

Los vecinos proponen crear una mesa de negociación que aborde el problema y en la que participen todas las partes implicadas

JUAN GARCÍA

Jueves, 2 de enero 2014, 02:42

El martes de fin de año se inició en el concejo de Ribadesella como los dos martes anteriores, con quemas forestales presuntamente provocadas. El 17 de diciembre pasado se incendió la cara sur de la Peña Pagadín, en la Reserva Natural Parcial de Covarosa. Ocho días después, el martes Nochebuena amaneció con otro fuego que arrasó completamente la vertiente norte de la Cuesta de Moru. Y el martes 31 de diciembre se quemó lo que faltaba, las sierras próximas a Sardéu y Calabrez. Entre los montes afectados, el Cantu de los Verdugos y la peña que los vecinos llaman El Picachín. Estamos hablando de tres incendios seguidos supuestamente intencionados. Nadie duda de esta circunstancia, pero nadie sabe nada o todos miran hacia otro lado. Por su parte, los lugareños solo encuentran un responsable, el Gobierno del Principado de Asturias y su «nefasta» política forestal.

Para acabar con tanta quema, el alcalde de barrio de Sardeu aportaba alguna solución. Ángel Somoano propuso «sentar a las partes en una misma mesa para abordar el problema de frente en lugar de buscar culpables». Una mesa de diálogo y negociación de la que participen Administración y ganaderos, pero también los representantes de la zona rural. «Porque el despoblamiento que sufren nuestros pueblos trae consigo el abandono de los montes, una situación se intenta remediar con desbroces de cara a la galería», añadió Somoano. El ejemplo más claro, el de uno de los montes quemado el 31 de diciembre, el Picachín, «desbrozado en su día pero sin completar con quemas controladas». El resultado final, una quema descontrolada en la que tuvieron que intervenir bomberos desde tierra y desde el aire.

En ese lugar, las llamas amenazaron la integridad de una edificación abandonada del siglo XVII, una casona construida en 1682. En aquellos años eran los propios vecinos y habitantes de la aldea los que se encargaban de cuidar el monte. Posteriormente, mientras esas cuestas estuvieron plantadas de pinos nunca se quemaron. Tras su corta posterior, buena parte de los beneficios se quedaron en la aldea. «Se instaló la luz eléctrica en Sardéu y Calabrez porque se ejercían políticas beneficiosas para la población. Nadie quema lo de uno, pero cuando todo se abandona y no se hace nada ocurren estas cosas», añadió Somoano. También recordó que cuando existían esas plantaciones, el monte contaba con un guarda permanente «que vivía en Nocéu y siempre estaba con la hoz y la focina cuidando los cortafuegos, no como ahora que están en Oviedo frente a un ordenador». Para paliar esta carencia también propuso recuperar las brigadas preventivas contra incendios, «creando cuadrillas que sirvan para dar empleo en lugar de gastarnos el dinero en vuelos y viajes de helicóptero».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Los montes de Ribadesella sufren el tercer incendio forestal en quince días