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LIDIA ÁLVAREZ
Viernes, 20 de diciembre 2013, 14:50
Sólo veinte días después de su vuelta a los montes del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, la osezna 'Molina' tuvo ayer que ser capturada de nuevo y trasladada al cercado de Santo Adriano. La Consejería de Agroganadería ha adoptado esta decisión tras «constatar la incapacidad del animal para adaptarse de nuevo al medio natural».
'Molina' fue rescatada el pasado 19 de septiembre en la zona de Riomolín, en Cangas del Narcea, en estado muy débil, tras haber sufrido una caída y con apenas seis kilos de peso.
Tras su recuperación, el 29 de noviembre era reintroducida en su hábitat, en plena Reserva Integral de Muniellos. Los primeros días la osezna se dedicó a explorar el territorio y actuó con normalidad. Sin embargo, hace un par de semanas comenzó a aproximarse al núcleo urbano de Degaña y durante varios días fue vista merodeando por jardines, huertos, aparcamientos e incluso el polideportivo y el cementerio municipal. El animal llegó a pasearse entre las viviendas, por lo que se hizo necesaria la vigilancia permanente de la Guardería del Medio Natural.
Las medidas disuasorias adoptadas inicialmente no resultaron eficaces y, tras consultar con el grupo habitual de asesores, el pasado día 17 se desarrolló un operativo con perros para alejar a la osezna del núcleo urbano. Se la condujo hasta un robledal alejado, donde pasó la noche, pero al día siguiente regresó a Degaña, hizo frente a los perros y mostró un comportamiento agresivo.
Ayer mismo se celebraba una reunión para analizar la conducta de la osa y estudiar las posibles opciones para atajar la situación, que «supone un riesgo impredecible». Los expertos apuntan a que su modo de actuar «hace pensar que el ejemplar tiene serias dificultades para continuar con su vida en el medio natural y que puede ser considerado un oso familiar». Además, su permanencia en libertad «podría acarrear un riesgo potencial para las personas y para su propia supervivencia».
Por eso tanto los responsables de la Dirección General de Recursos Naturales como los expertos de la Fundación Oso Pardo (FOP), la Fundación Oso Asturias (FOA), el servicio veterinario de Cabárceno y la Estación Biológica de Doñana, coincidieron en la necesidad de actuar de forma urgente y propusieron «como la mejor de las alternativas», trasladar a 'Molina' al cercado de Santo Adriano, gestionado por FOA.
La decisión no es compartida por el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), también presente en la reunión. Desde la asociación consideran que «la Administración no ha hecho todos los esfuerzos necesarios para conseguir devolver al animal a su medio natural». Proponen que la osezna sea liberada en un territorio menos humanizado y que la acción se acompañe de un reforzamiento alimenticio en la zona de suelta, para evitar que se acerque a las poblaciones en busca de comida.
El FAPAS califica de «inadmisible condenar de por vida a otra osa a la cautividad» y subraya que «resulta evidente que la Consejería tiene prisa por conseguir un nuevo ejemplar de oso cantábrico que alimente el circo en el que se han convertido las instalaciones donde en la actualidad se encuentran 'Tola', 'Paca' y 'Furaco'».
Piden responsabilidades
Desde la organización anuncian que pedirán a la consejería un informe exhaustivo de las condiciones en las que se ha mantenido a la osezna en cautividad, «pues su comportamiento parece responder claramente a un cuidado negligente en las medidas de aislamiento, impidiendo una recuperación acorde con los requerimientos que un animal salvaje necesita para ser devuelto a la naturaleza». A esta petición se sumaron ayer la Coordinadora Ecologista de Asturias, la Asociación para la Defensa Jurídica del Medio Ambiente y el Colectivo Ecologista de Avilés, que creen que «se ha faltado al compromiso de devolución del animal a la naturaleza». Temen, además, que se «haya actuado de forma intencionada para procurar su humanización» y critican que, durante su convalecencia, «fue objeto de visitas de curiosos, ajenos al proceso de recuperación» y citan a la propia consejera, «quien no tuvo reparo alguno en ser fotografiada intentando acariciar a la osa, seguramente pensando ya en amansarla para su cautiverio de por vida».
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