Un Yorkshire Terrier en la cesta de Navidad

«Nunca creí que estaba haciendo ningún mal. Lo que pretendía era dar la oportunidad a una persona, a la que le gusten los animales, que pudiera tener un perro, de raza, y cuyo coste no está al alcance de todos los bolsillos». Es la explicación que da Aty Carcedo, la propietaria de la parrilla que decidió sortear un Yorkshire, un perro con pedigrí, igual al que ella tiene en propiedad. Y para ello puso a la venta papeletas por un importe de 10 euros hace ya «dos o tres meses».

Para incentivar la venta decidió recrear una cesta de Navidad con la imagen impresa de un perro en su interior. Y fue esta fotografía la que desató las iras de las asociaciones proteccionistas de animales. «Parecía que había matado a alguien. Empezaron las amenazas a través de las redes sociales y los ataques. Incluso plantearon un boicot a mi negocio. Yo no entendía nada. ¿Qué había hecho yo?», se preguntara Carcedo. La dueña de la parrilla, que finalmente ha decidido cancelar el sorteo y devolver el dinero a los que ya habían adquirido sus papeletas, quiso aclarar que «yo no tenía un perro en una jaula y al que toque se lo doy. Yo iba a ir con la persona ganadora a comprar ese Yorkshire al mismo lugar donde yo compré el mío».