Algo más que un embarcadero

El Club Marítimo San Balandrán y la Autoridad Portuaria ultiman estos días un acuerdo que tiene como objetivo abrir una nueva etapa en el puerto deportivo de la ciudad. «Queremos demostrar que Avilés tiene mar», afirma un entusiasmado Manuel Rodríguez Sánchez, presidente de la entidad deportiva que, de confirmarse el convenio, asumirá por completo la gestión de los pantalanes y de todas las instalaciones de servicios que se habrán de poner en marcha a partir de ahora.

Entre los objetivos de la negociación abierta por el Club San Balandrán -que hasta ahora contaba con cerca de 180 de las 237 plazas de amarre de los pantalanes-, y la Autoridad Portuaria, titular de las instalaciones, se encuentra el potenciar Avilés como puerto deportivo y mejorar la gestión de un equipamiento que hasta ahora apenas era capaz de dar servicio a buques en tránsito. Además, las carencias para quienes tenían una plaza en el mismo eran notorias ante la ausencia incluso de una zona de varada en la que realizar el mantenimiento de las embarcaciones.«Las negociaciones que estamos manteniendo van por el buen camino, así que esperemos tenerlo todo cerrado antes de que concluya el año», indicaba al respecto el presidente de la Autoridad Portuaria, Santiago Rodríguez Vega. Y ambas partes coinciden que el fruto de esas negociaciones será «que al puerto deportivo de Avilés se le dará más fuerza de la que tiene».

El presidente del Club Marítimo San Balandrán considera que el acuerdo puede dar lugar a «abrir una nueva etapa» en unas instalaciones que en los últimos años apenas han servido para poco más que para facilitar el amarre de embarcaciones locales o de otros puntos de Asturias. Pero apenas lograba atraer barcos de recreo en tránsito, ya que el escaso mantenimiento de las instalaciones y la falta de servicios hacían que el de Avilés distase mucho de ser un puerto deportivo al uso.

«Creemos que el acuerdo será para el club y para el puerto un paso de gigante», indicó al respecto el presidente del Club Marítimo San Balandrán. «Dejará de ser un mero embarcadero para avanzar en lo que será un puerto deportivo de verdad», añadió. Entre otros aspectos, ahora sí contará con un varadero de unos mil metros cuadrados de superficie, mantenimiento constante, personal de atención a las embarcaciones en tránsito e instalaciones tan básicas como dichas y servicios sanitarios.

El objetivo de todo ello es que el puerto deportivo pueda hacerse un hueco entre la competencia. «Fuera de Asturias mucha gente aficionada ni sabe que hay puerto deportivo en Avilés», apunta el presidente del Club Marítimo San Balandrán, quien señala que una de las cuestiones que deben tenerse en cuenta a partir de la firma del acuerdo es dar a conocer en el exterior la existencia del puerto deportivo y los servicios con los que contarán las embarcaciones que en él amarren de forma temporal o como puerto base. «Es que ni siquiera figura como puerto deportivo. El que viene es porque funciona el boca a oído, por nada más», añade.

La falta de una gestión adecuada y la crisis económica habían propiciado, de hecho, que la actividad del puerto deportivo comenzara a languidecer. De las listas de espera de hasta cuarenta embarcaciones que se habían dado en los primeros años tras la instalación de los primeros pantalanes, se ha pasado a contar con cinco plazas vacantes y apenas tres o cuatro embarcaciones a la espera de contar con espacio adecuado para su traslado desde otros puertos.

El hecho de que no hubiera descendido aún más la presencia de barcos en la ciudad tendría parte de su explicación, no ya en lo atractivo que pueda ser el puerto, sino en lo reducido de las tarifas que han de abonar los propietarios de las embarcaciones.

Con el nuevo acuerdo, de confirmarse, se prevé que esas tarifas crecerán, pero de forma «asumible» y acorde con los nuevos servicios que se prestará a los usuarios de las instalaciones.

Actualizar tarifas

«Ahora mismo las tarifas del puerto deportivo son mucho más bajas que las que existen en los puertos de gestión autonómica», indicó el presidente de la Autoridad Portuaria acerca del asunto. «Con la previsible subida que se producirá con el cambio de gestión, seguirán siendo todavía más económicas», añadió.

De todos modos, el puerto deportivo de Avilés seguirá contando con algunas desventajas en cuanto a instalaciones con respecto a lo que son otros espacios similares del entorno. «El problema será la dispersión de las instalaciones», indicó Manuel Rodríguez acerca de cuestiones como que las duchas y los servicios del puerto deportivo estarán ubicados en el edificio de la antigua rula, al final del paseo de la ría.

En concreto, se prevé que se ubiquen junto a los espacios que ocupa actualmente la Asamblea de Cruz Roja Avilés en el inmueble, en la planta baja. A ello se sumará el hecho de que la zona de varada, donde los propietarios de las embarcaciones podrán realizar las labores de mantenimiento, se ubicará en la margen derecha, con unos mil metros cuadrados en las inmediaciones de los astilleros IPSA.

Ello obligará a que los futuros gestores del puerto deportivo tengan a disposición de los usuarios personal capaz de desplazarse a ambas márgenes de la ría y una embarcación específica para traslado. Pero esos inconvenientes, entiende el presidente del Club Marítimo San Balandrán, será algo menor después de años de espera para contar con un espacio de ese tipo al servicio de los usuarios de los pantalanes.

Para el colectivo, no obstante, asumir la gestión del puerto deportivo en su conjunto será un reto importante. «Posiblemente será el paso más grande que dé el club desde su fundación», indicó su presidente antes de recordar que la decisión última sobre la firma del acuerdo con la Autoridad Portuaria será de la asamblea de socios que tendrá que convocarse para analizar el proyecto.

En apariencia, los números cuadran. Atender las instalaciones requerirá al club la asunción de gastos, incluso la contratación de personal que pueda recibir a las embarcaciones en tránsito. A ello se suma el hecho de que el mantenimiento de los pantalanes también correrá a cargo del club, aunque previamente se entregarán debidamente reparados por parte de la Autoridad Portuaria, explica Manuel Rodríguez.

Pero el incremento de tarifas, el mayor número de plazas gestionadas por el club y el previsible aumento de la rotación de barcos en las plazas de amarre para embarcaciones en tránsito vendrán a cubrir ese mayor gasto que se prevé para poner en marcha una clara mejora de servicios.

Barcos en tránsito

De hecho, uno de los principales objetivos de la nueva gestión será precisamente la de atraer en lo posible amarres de barcos en tránsito, un tipo de turismo que todavía es minoritario en Avilés y que se registraba en unas plazas de amarre que aún son gestionadas de manera directa por la Autoridad Portuaria. «El problema estaba en que cuando llegaba un barco no había nadie para atenderlo, y eso es algo que hay que corregir», indicó Santiago Rodríguez Vega.

A partir de ahora, se espera que ese problema desaparezca y se dé «mayor fluidez» a la presencia de barcos de recreo y deportivos que recalen en la ciudad. Para ello, entre otros aspectos, el acuerdo prevé dotar de cierta estabilidad a la nueva gestión.

«No se ha cerrado un acuerdo en ese sentido, pero se prevé que la concesión sea por un periodo de tres años o incluso alguno más, cuando hasta ahora la cesión de los pantalanes se renovaba año a año», explicó el presidente de la Autoridad Portuaria. «Merece la pena que sea así, por más tiempo, porque eso dará más solidez al acuerdo», añadió.

A falta de concretar ese tipo de detalles -así como a la espera de lo que decida la asamblea de socios del Club Marítimo-, ambas partes ven cerca el momento en el que el puerto deportivo afronte una nueva etapa que garantice su futuro. «Una de las cosas que habrá que hacer desde el principio, es darlo a conocer en el ámbito náutico nacional e internacional», apunta en esa línea Manuel Rodríguez.