Portugal entrega al juzgado de Avilés a la niña retenida un año por su madre en el país luso

La niña retenida por su madre durante un año en Portugal lleva una semana en Avilés, o al menos en Asturias, porque sus abuelos, quienes han reclamado su custodia temporal en el país luso, no saben en dónde se encuentra. Según explicaron a este periódico, después de que hace dos semanas la jueza de instrucción del número 5 les prohibiera salir de España y obligara a presentarse en el juzgado semanalmente, «desde el propio juzgado se dirigieron a las autoridades portuguesas para pedirles que la niña viniera a Asturias para que pudieran realizar un informe psicosocial, ya que ya no estaba con sus abuelos, prometiendo que estaría en un centro y no sería entregada a su padre, y que la madre saldría de la cárcel».

Sin embargo, una semana después de que la niña fuera entregada por Portugal, los abuelos no saben en dónde se encuentra, es más, la jueza ha dictado una orden de alejamiento de ella. «Han conseguido traer a la niña con engaños, ya que no han cumplido nada de lo que comprometieron con Portugal; para ello primero nos quitaron del medio a nosotros, implicándonos en un delito de sustracción internacional con argumentos que no tienen ni pies ni cabeza, porque en el mismo auto dictado por la jueza se nos acusa de habernos llevado a nuestra nieta junto a nuestra hija y a la vez se reconoce que nosotros fuimos a Portugal después», afirman.

Y es que los abuelos mantienen que «sólo quiso implicarnos para hacernos salir de Portugal y así poder conseguir que nuestra nieta fuera entregada». Como ya había publicado este periódico, cuando se produjo la detención de su hija el pasado mes de septiembre, ellos habían solicitado la custodia temporal no sólo de la nieta que reclama su padre, que tiene la patria potestad, sino también de los otros tres niños que ha tenido su hija con su nueva pareja.

Con la niña ya en Asturias, los abuelos no alcanzan a comprender por qué se mantiene la orden que pesa sobre ellos de no salir de España. «No hemos podido devolver el coche de alquiler que utilizamos para venir aquí, no se nos permite ir a recoger nuestra ropa y nuestras cosas, ni siquiera a dar de comer al hamster, que ya se habrá muerto de hambre porque le dejé comida para unos días, pero no para tanto tiempo», explican.

Pero lo que es más grave, sus otros tres nietos siguen en Portugal en un centro de acogida, ya que la madre permanece en Villabona en prisión incondicional desde que fue detenida hace un mes junto a su pareja, y sobre el padre de los tres niños también pesa una orden que le impide abandonar España. «Parece que a esta jueza no le importa entregar a una niña a un padre con el que no quiere ir, ni le importa que tres niños estén sin su familia, y mucho menos nuestros animales que pueden estar ya muertos», se quejan los abuelos.

De hecho, el pasado lunes los abuelos presentaron una denuncia verbal en el juzgado de instrucción número 7 contra la jueza del caso por no permitirles ir a su domicilio en Portugal a darle de comer a su mascota.

Los abogados de los abuelos y de la madre han presentado varios recursos para que se revoquen las órdenes dadas desde el juzgado número 5. Entre ellas la orden de alejamiento de la niña. «Es incomprensible que no nos digan dónde está nuestra nieta, se nos dice que no podemos estar a menos de 500 metros de ella, pero si no sabemos dónde está cómo lo vamos a cumplir. Imagínese que pasamos por un colegio y ella está allí, o un bar o cualquier sitio, nosotros cómo lo vamos a saber si nos ocultan todo sobre ella». A la vez saben que los recursos llevarán su tiempo, «y mientras, el daño ya está hecho, es injusto, los jueces piensan que su palabra es palabra de Dios y no les importa destrozar a una niña y a una familia, pero cuando nos digan que la jueza ha metido la pata o si en Portugal nos dan la custodia temporal, cómo se va a solucionar todo esto», se preguntan los abuelos.

La jueza mantiene en su auto que «el grupo familiar se mantuvo unido en Portugal, adoptando medidas especiales para no ser localizado», algo que niegan los abuelos, que aseguran no haberse ocultado nunca: «Veníamos a Las Vegas a las revisiones médicas de nuestros nietos, nuestra nieta iba al colegio en Portugal, yo tengo una carta de identificación portuguesa que me permite realizar los contratos de alquiler de la casa y pagar luz o agua, sólo tenían que haber puesto mi nombre en cualquier registro para localizarme, que nos diga si eso es ocultarse». Los abuelos se han dirigido ahora a los Servicios Sociales en busca de ayuda para conseguir su objetivo: que su nieta no vuelva definitivamente con su padre, que tiene la patria potestad.