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LAURA FONSECA
Martes, 15 de octubre 2013, 05:46
La jornada empezó ayer ajetreada para los 46 pacientes que permanecían ingresados en la cuarta planta de Silicosis. A lo largo de toda la mañana, los enfermos hospitalizados, algunos de ellos con la bombona de oxígeno a cuestas y portando una mascarilla, fueron trasladados de edificio y llevados a otras plantas del complejo. La dirección del HUCA daba así un nuevo paso hacia el cierre del edificio de Silicosis, un proceso que se enmarca dentro de la macro mudanza a La Cadellada prevista para enero de 2014 pero que está siendo duramente cuestionado por pacientes y trabajadores debido a su «falta de previsión» y su «celeridad», y a cuyas críticas se sumaron también IU y Foro.
Los ingresados en la cuarta de Silicosis fueron los primeros en tener que cambiar de ubicación. El traslado de estos enfermos se realizó en ambulancia, lo que complicó la circulación interna por el hospital. Hoy será el turno a otros tantos pacientes que están en la séptima planta, aunque puede que este proceso tarde algo más en resolverse puesto que entre los ingresados hay varios en situación de aislamiento. Tras vaciar las plantas de hospitalización de Silicosis, queda luego por desalojar la UVI, ocupada ahora por 6 enfermos. La dirección del HUCA había dado la orden para que desde el 1 de octubre no se autorizara ningún nuevo ingreso en la UVI de Silicosis. Sin embargo, la elevada ocupación en el resto de unidades de vigilancia intensiva del hospital, la del Covadonga y del General, obligó a cambiar las previsiones.
Lo que ya quedó cerrado a cal y canto fueron las urgencias. Desde ayer, los pacientes que requieren de atención urgente deben dirigirse al Hospital Covadonga donde se concentrarán todas las urgencias del HUCA, excepto las infantiles y ginecológicas. «Esto es mucho peor para nosotros que vamos a tener que esperar más», se quejó María Esther Armada, enferma que aguarda por un trasplante de pulmón y a la que el cierre de Silicosis le pilló «por sorpresa. No sabía nada. Me parece muy mal», lamentó. María Esther llegó ayer a Silicosis con su bombona portátil. «Apenas puedo respirar», advertía, «y ahora me dicen que me tengo que desplazar hasta el Covadonga. No hay derecho».
El realojamiento de los enfermos ingresados en Silicosis se está llevando a cabo de forma «desordenada», denunciaron los trabajadores. La previsión era que estos pacientes fueron llevados a la quinta planta del Covadonga, pero «como no hay sitio y las obras de adecuación no culminaron, los enfermos los estamos desperdigando por todo el hospital», dijeron.
IU, a través de su diputada Noemí Martín, y también de Gaspar Llamazares, acusaron al Principado de crear una situación de incertidumbre en torno a Silicosis, pese a tratarse de «un centro de referencia nacional que le valió a Asturias para recibir 72 millones de euros para el nuevo HUCA», recordó Martín. Por su parte, el presidente de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, anunció la presentación de una interpelación urgente contra lo que consideró «el desmantelamiento de Silicosis». Desde la Consejería de Sanidad se insiste que el proceso iniciado en el Instituto obedece a la mudanza del viejo HUCA a La Cadellada y niega que se trate de un cierre.
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