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Sanitarios, policías y bomberos, en el lugar del accidente. :: UCHA
«Todavía es pronto y queda mucho por pasar, pero somos positivos»
GIJÓN

«Todavía es pronto y queda mucho por pasar, pero somos positivos»

El hijo de la candasina atropellada en la estación de autobuses apunta que su madre será sometida a una nueva operación para salvarle la pierna

O. SUÁREZ

Viernes, 27 de septiembre 2013, 10:00

Consciente y tranquila. Así se encuentra, según sus familiares, la mujer de 56 años que el martes fue atropellada por un autobús del que se estaba apeando junto a la estación de Gijón. La víctima permaneció con una pierna aplastada por la rueda del vehículo aproximadamente un cuarto de hora, hasta que fue liberada por los bomberos. Sin embargo, las graves lesiones que sufrió no le han afectado al hueso, por lo que los médicos son optimistas respecto a su evolución.

«Fue sometida el mismo día del accidente a una larga operación para limpiarle todas las heridas y para ponerle piel sintética. Todavía es pronto y queda mucho por pasar y hacer otras operaciones, pero somos positivos porque por ahora ha salido todo bien», explicó ayer ELCOMERCIO el hijo de la afectada, que permanece ingresada en el Hospital Central de Asturias (HUCA).

«Come con normalidad»

La candasina fue trasladada a una habitación de planta después de la intervención. Ayer «comió con normalidad» y fue aseada por el personal del centro sanitario, tal y como comentaron sus allegados. Del accidente prefieren no hablar. «Hemos puesto lo ocurrido en manos en un abogado para que nos asesore», asegura su hijo.

M. J. F. P. será sometida previsiblemente la próxima semana a una nueva operación para salvarle la extremidad inferior. El hecho de que las lesiones hayan sido por aplastamiento y no tenga fractura en el hueso, hace que los facultativos médicos tengan buenas expectativas, a expensas de alguna complicación que pueda surgir.

Según la información facilitada por el área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, el accidente se produjo cuando la mujer se bajaba el autobús de la compañía Alsa en el que había llegado a Gijón desde Candás, su lugar de residencia.

Al parecer, el conductor comprobó que no había lugar para el estacionamiento y optó por dejar que los viajeros se bajasen en la calle Ribadesella, en un paso de peatones. La afectada, quien se encontraba con su marido, que tiene movilidad reducida, se quedó enganchada en la puerta cuando el autobús se puso en marcha. Fue entonces cuando se cayó y quedó bajo el autobús. Cuando el conductor escuchó los gritos, frenó. La rueda trasera quedó justo encima de una de las piernas.

Los bomberos que se personaron en el lugar consiguieron elevar el vehículo y rescatar a la herida. El personal sanitario le practicó las atenciones oportunas antes de trasladarla al Hospital Central de Asturias. Pese a que se temía lo peor, las previsiones son optimistas.

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