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COLPISA
Domingo, 22 de septiembre 2013, 03:43
En juego está el orgullo y la séptima medalla para España en los últimos ochos grandes campeonatos. Pero el bronce es un pobre consuelo para una selección a la que se le exigía ganar su tercer oro consecutivo en un Eurobasket. Pese a las importantes bajas de Pau Gasol, Navarro, Reyes e Ibaka, la selección estaba muy capacitada para lograrlo en una competición de escaso nivel. Ahora, para la bicampeona continental es obligado subir al tercer escalón del podio en Eslovenia, aunque ocurra lo que ocurra esta tarde ante Croacia (17.30 h. Cuatro), el seleccionador, Juan Antonio Orenga, ha perdido ya el escaso crédito que tenía.
En la semifinal ante Francia, a los jugadores, nerviosos y precipitados, les quemó el balón en los momentos decisivos y, salvo en el triple que falló Calderón -sin oposición desde la esquina- que hubiese valido el billete a la lucha por el título, se eligieron las peores decisiones de tiro. Y en algunos casos, ni se atrevieron a lanzar a canasta, mientras Orenga, sin reaccionar, tan agarrotado como los suyos, mantenía a los mismos jugadores en pista.
«Este equipo es muy grande. Estoy convencido que el domingo lo vamos a demostrar una vez más. Tengo plena confianza en ello», escribió Pau Gasol en su cuenta de Twitter tras la enorme decepción de la noche del viernes, cuando a España le pudo el miedo. El ala-pívot catalán no ha estado, precisamente, en las tres únicas citas en las que España ha pinchado en los últimos nueve años. Sin Pau esta selección es más débil, y también sin el determinante Navarro, cuyo lanzamiento exterior se ha echado tan en falta en el campeonato.
Tintes de fiasco sin jugar
En ocho años, desde la corona planetaria de 2006, España solo ha fracasado hasta el momento en el Mundial de hace tres años, aunque este Eurobasket también tenga ya, incluso antes de luchar por metal, tintes de fiasco, con el cuestionado Orenga en el alambre. «Para lo bueno y para lo malo estamos acostumbrados a ganar, ganar y ganar, y debemos ser conscientes de que no es fácil una medalla. Para nosotros parece que todo lo que no sea ganar el oro es malo, pero el bronce sería una gran alegría», se defiende el seleccionador.
El último obstáculo hacia un bronce amargo es Croacia, selección a la que España arrolló en el debut (68-40), aunque desde entonces y, hasta caer el sábado en las semifinales ante Lituania (62-77), no había perdido ninguno de sus ocho anteriores partidos. «La gente se dejará la piel por la medalla», prometió este sábado Orenga, para quien no es demasiado significativo ni motivo de alarma el hecho de que el equipo haya sufrido cuatro derrotas en este Eurobasket, todas ellas en finales ajustados.
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