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E. RODRÍGUEZ
Domingo, 25 de agosto 2013, 13:29
Con las manos unidas, haciendo una cadena humana junto a la playa de Candás. Con este simbólico gesto finalizó ayer la manifestación convocada por las asociaciones de vecinos de Candás, Perlora, Xivares y La Matiella y los grupos de la oposición de Carreño para pedir «soluciones concretas e inmediatas que eviten la contaminación de las playas y del aire» del concejo. Más de medio millar de personas -700, según los convocantes y 300, según los cálculos de la Policía Local- secundaron una protesta que, bajo el lema 'Nuestra costa, nuestro futuro. No a la contaminación, el abandono y la impunidad', recorrió las calles de la villa desde el Ayuntamiento hasta la plazoleta del muelle.
Una vez allí, los representantes de los colectivos convocantes leyeron un manifiesto contundente, en el que reclamaron a la consejera de Fomento, Belén Fernández, y al alcalde, Ángel Riego, ambos del PSOE, «que sean gobernantes serios y hagan su trabajo, porque no lo hacen. Es necesario que rectifiquen y se pongan manos a la obra. O si no, que asuman su responsabilidad y dimitan».
Porque, continuaron, «han dejado que las cosas se deterioren hasta este punto», en referencia a cinco problemas. Son el cierre parcial al tráfico del paseo marítimo por el argayu del 17 de marzo, desprendimiento que mantiene a una familia fuera de su casa desde hace cinco meses; «la falta de saneamiento», con el vertido de aguas fecales a la mar hasta hace solo 16 días debido a otro argayu en El Tranqueru; «el abandono» de la Ciudad de Vacaciones de Perlora, donde ayer se derrumbó la techumbre del chiringuito de Carranques; «el incumplimiento» de las autorizaciones ambientales otorgadas al parque de carbones de Aboño, y la incineradora, planta que «empeorará la calidad del aire y acabará con las explotaciones lácteas del concejo».
Los colectivos vecinales convocantes se mostraron «muy satisfechos con la respuesta ciudadana, porque visualiza el problema» y aseguraron que «no van a parar». Entre los manifestantes se encontraba Alicia Prendes, la mujer cuya casa está afectada por el argayu del paseo. Dijo sentirse orgullosa de ver que «el pueblo está vivo y no se está muriendo. No entendía por qué la gente estaba tan callada». La asociación de Xivares denunció, asimismo, «los baños de sol y tizón en la playa de Peñamaría», refiriéndose a las partículas de carbón.
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