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El Cuetu, la zona tradicional de pubs de la villa de Llanes. :: N. A.
Tiempos difíciles para los bares de copas
Oriente

Tiempos difíciles para los bares de copas

En Llanes la actividad de estos negocios se ha reducido en julio a los fines de semana

T. B.

Sábado, 3 de agosto 2013, 03:45

El del ocio es uno de los sectores que primero se resiente en contextos de crisis económica como el actual. Y dentro de él los bares de copas son especialmente sensibles ya que es de las primeras cosas de las que se priva buena parte de la ciudadanía cuando tienen que ajustar sus gastos. A esto hay que sumar que la cultura del botellón está muy extendida entre la juventud, por lo que estos locales no tienen un gran relevo generacional de años atrás entre su clientela, lo que hace que no sean los mejores tiempos para este tipo de negocios.

En el caso de Llanes el pasado mes de julio, seguramente situado en el segundo escalón de la facturación del año tras agosto, tampoco ha sido para tirar cohetes. Aunque los fines de semana sigue habiendo clientela que frecuenta estos locales, una parte destacada de ellos ha optado por no abrir sus puertas entre semana al no compensarles la cantidad de dinero que van a ingresar respecto al coste que les supone levantar la persiana.

Este por ejemplo es el caso del Cambalache, cuyo responsable, Gabi Amieva, apunta que «en julio los fines de semana han sido algo mejores que el del 2012», pero que ha optado por mantener el local cerrado entre semana ante la poca actividad.

Desde L'Esbardu su responsable, Antonio Díaz, señala que «aún es un poco pronto para hacer balance del verano. El año pasado empezó mal y acabó bien. Veremos este». Lo que sí percibe este hostelero es que la noche en Llanes no tiene la actividad de la pasada década. «Desde el 2007 se va notando una caída, algo que puede ser lógico en un pueblo marcado por la construcción», valora.

Peor ve las cosas Jorge Álvarez, del Brezu, un local que lleva ya abierto más de tres décadas. «En el 2012 la clientela pegó un bajón grande y este año parece que va en la misma línea. Si exceptuamos los fines de semana, no hay mucho movimiento», indica este hostelero, quien especifica que «los locales de la primera copa todavía funcionan, pero en los que sitios de copas puros la cosa ya no es lo que era».

Álvarez considera que existen una serie importante de motivos, al margen de la crisis económica, que han afectado negativamente al sector de los bares de noche. El botellón está a la cabeza de esa lista, pero también «las verbenas de verano que nos quitan gente», la proliferación de los controles del alcoholemia «en Poo, La Arquera, o La Portilla, que también nos quitan clientes porque la gente se lo piensa antes de venir a Llanes a la noche».

El responsable del Brezu no se olvida tampoco de la ley antitabaco. «Además de los que ya fuman de por sí, hay otros que sólo lo hacen cuando salen por la noche. Al tener que salir a la calle se pierde el ambiente propio del local». La presión municipal, según él, es otro de los motivos que inciden negativamente en el sector. «Ahora te ponen una multa de 300 euros por ruido o por exceso de horario e igual no has sacado esa cantidad durante la noche», apunta este hostelero, quien lamenta que «han sido bastantes los bares de copas de la villa que han echado el cierre en los últimos años por este motivo». Y reclama que «se intente favorecer el consumo en Llanes durante el verano porque este pueblo vive de la gente que viene en estas fechas. Sólo pido que nos dejen trabajar». Ahora a estos negocios sólo les queda cruzar los dedos y esperar a que el mes de agosto vaya mejor y tengan la clientela que se les presupone a estos negocios asentados en uno de los principales destinos de veraneo del Cantábrico como es el de Llanes.

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