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MARCOS MORO
Martes, 23 de julio 2013, 10:14
Patrullas de la Policía Local harán campaña informativa durante la primera quincena de agosto antes de empezar a controlar los accesos a Cimadevilla, medida para atajar el problema del botellón que entrará en vigor, tal y como adelantó EL COMERCIO, durante el fin de semana posterior al día de Begoña. Así se lo hizo saber ayer el concejal delegado de Seguridad Ciudadana de Foro, Rafael Felgueroso, a cinco representantes de la Asociación Hostelera Decimavilla. Los agentes municipales se dirigirán de forma disuasoria a los grupos de jóvenes para advertirles de que su comportamiento provoca molestias al vecindario y entra dentro de los supuestos sancionables que la nueva ordenanza de convivencia quiere desterrar.
Felgueroso manifestó la intención del Ayuntamiento de actuar con la máxima cautela para «no generar un problema mayor de orden público», del ya existente por la concentración durante los fines de semana de cientos de jóvenes consumiendo alcohol en la calle en el corazón del casco histórico. En ese sentido, desde la concejalía de Seguridad se es plenamente consciente de que la intervención de la Policía Local, a partir de las 11 de la noche, en el momento de mayor tumulto juvenil en el entorno de la plaza del Arturo Arias -la del Lavaderu- y sus calles adyacentes podría derivar «en una batalla campal». Y eso se quiere evitar a toda costa. De ahí la moratoria decretada hasta después de las fiestas de Begoña, a pesar de que vecinos y hosteleros afectados defienden que se aplique ya la ordenanza de convivencia para acabar con los desmanes de ese macrobotellón y la sensación de impunidad de las personas que participan en él.
El edil de Seguridad Ciudadana explicó a los representantes hosteleros que el objetivo principal de la ordenanza de convivencia es «la concienciación ciudadana» ante los problemas que ésta regula y, en ningún caso, persigue «ningún afán recaudatorio». Felgueroso reconoció también a los empresarios que «quizás el verano no era el mejor momento» para la entrada en vigor de la nueva normativa que pretende, por primera vez, poner coto a la práctica del botellón en la ciudad.
El portavoz de los hosteleros del barrio alto, Juan Menéndez Viejo, aseguró al término de la reunión que salieron «satisfechos» y sabedores de que el Ayuntamiento es consciente de que «tiene una patata caliente entre las manos. Eliminar el problema es muy difícil porque el botellón está desmadrado en la ciudad y quienes lo practican, muy crecidos ». Menéndez Viejo también explicó que el concejal delegado de Seguridad Ciudadana se comprometió la asociación hostelera para informarles del operativo policial que se diseñará para, a partir de la segunda quincena de agosto, empezar a controlar los accesos a Cimadevilla e impedir que sigan pasando cientos de jóvenes con bolsas repletas de bebidas alcohólicas.
El gerente de El Lavaderu, Juan Luis Alfonso Alonso, explicó que no puede recoger los fines de semana su terraza hasta las cuatro de la mañana, incumpliendo los horarios de la ordenanza, por miedo a ser increpado o agredido por quienes hacen botellón en la plaza de Arturo Arias.
Un edil socialista afectado
Por otra parte, el concejal socialista Francisco Blanco, cuyo grupo municipal votó en contra de la ordenanza de convivencia en vigor apoyada por Foro y PP, ha escrito recientemente en su cuenta de Twitter que «no me molesta que nadie esté en un bar tomando algo, pero las leyes son para cumplirlas y si no se hacen otras». Blanco, que reside en el barrio alto, asegura en otro mensaje en esa red social que sufre en primera persona el botellón y sus efectos como la falta de respeto a los demás, las meadas en los portales, el lanzamiento de botellas y la rotura de retrovisores.
El edil del PSOE critica que «si quien tiene que velar por la convivencia permite el abuso acabará habiendo un problema. Hay dejación de responsabilidad pública». Blanco también relata sus experiencias como vecino afectado: «Imagina qué pienso al usar tapones de cera, remangar los pantalones para entrar en casa, etc.», dice en otros de sus twits sobre este tema donde también se queja de que «el botellón en Cimavilla es insoportable y las calles en que no hay botellón las usan de letrinas».
Sobre todo, no ahorra críticas a Foro por su supuesta tolerancia con este problema: «Vamos, no hacen nada y los vecinos que se fastidien. Como son una minoría y no influyen en las elecciones todo está bien, ¿no?».
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