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Vicente Gotor, durante la campaña de 2012. :: JESÚS DÍAZ
La Universidad se agita en busca de rector
Asturias

La Universidad se agita en busca de rector

Hasta cuatro nombres circulan para ocupar el despacho rectoral. Dos se dan por seguros y los otros dos juegan con más tiempo para decidir A tres años de las elecciones, la ruptura del grupo de Gotor genera un intenso movimiento

EVA MONTES

Martes, 11 de junio 2013, 02:30

Sólo ha pasado un año y parecen tres. El 15 de marzo, es decir, hace apenas tres meses, Vicente Gotor terminaba sus primeros 12 meses del segundo mandato rectoral. Ése en el que arrasó en las urnas, al que llegó con un apoyo del 67% de los miembros de la comunidad universitaria y en el que creció cuatro puntos respecto a los votos obtenidos cuatro años antes. Pero lo cierto es que en ese corto espacio de tiempo han cambiado tanto las cosas que, en junio de 2013, ni el rector ni la propia Universidad de Oviedo tienen la percepción de que hayan transcurrido sólo 15 meses desde aquel recuento triunfal.

Sin embargo la realidad es ésa y es la que convierte en inaudito el intenso movimiento interno que está viviendo la Universidad para buscar nuevo rector. A tres años vista de la próxima cita electoral, el ambiente está densamente enrarecido y ya hay posiciones claras, cuando nunca, hasta el momento, se habían realizado movimientos dirigidos a la renovación rectoral hasta un año antes de la cita. La razón, más allá de cualquier crítica a la situación actual, es la manifiesta ruptura en el grupo que llevó a Gotor al Rectorado y que ha disparado los tiempos, hasta el punto de que ya hay cuatro nombres para tomar el testigo de Gotor: Santiago García Granda, José Muñiz, Pedro Sánchez Lazo e Ignacio Villaverde. Los dos primeros surgen de la escisión y los otros dos se han visto incorporados, un tanto forzadamente, a esta inusitada carrera.

En realidad ha sido Santiago García Granda, amigo, íntimo colaborador de Gotor en la Facultad de Química, hacedor de la maquinaria de todas sus elecciones y vicerrector de Investigación en su primer mandato, el que ha dado el pistoletazo de salida. A él apuntaban todos los dedos a la hora de designar al heredero, pero el reelegido rector, en una decisión que su círculo sustenta sobre una gestión cuestionada y una personalidad conflictiva, prescindió de él, rompió todos sus lazos personales y le dejó fuera del equipo. El único al que dejó fuera del equipo.

Ese fue el inicio de una guerra que García Granda dejó definitivamente declarada en el mismo momento en que Vicente Gotor no le permitió figurar entre los claustrales de su candidatura al Consejo de Gobierno. El catedrático de Química Física entró igualmente, pero desde entonces comenzó a trabajar su camino al Rectorado. Sin miramientos. Hasta el punto de que se le considera el artífice del desgaste interno -crisis del gerente incluida-, sufrido desde enero por el rector. Porque si algo hay completamente seguro a tres años vista de las elecciones, es que en 2016 Santiago García Granda será candidato al Rectorado. Para ello trabaja.

Su candidatura en ningún caso le haría sombra a Gotor, porque no puede afrontar un tercer mandato, pero la presencia de García Granda dividiría, ya divide, el voto entregado masivamente en 2012. Sin embargo, el rector también ha movido ficha y se ha buscado su propio candidato: Pepe Muñiz, exdecano de la Facultad de Psicología, actual catedrático de Psicometría, amigo desde siempre y el eterno deseado de la Universidad de Oviedo. Ya iba a ser candidato en 2004, pero una equivocada estrategia y sus propias circunstancias personales generaron una alianza que propició la aparición en escena de Vicente Gotor, quien se colocó, sin previo aviso, en el mismísimo cogote electoral de Juan Vázquez, a tan solo 152 votos de quien renovó Rectorado. Ahora cambian las tornas y es Gotor quien ofrece sus posibilidades a Muñiz, hombre de intenso predicamento entre la comunidad universitaria, capaz de recoger votos en todos los ríos y preparado, ya, para convertirse en rector.

La oposición, sin líder

Por una vez, ese movimiento, tan intenso como prematuro, no se ha dado entre las filas de la llamada oposición, siempre más propensa a problemas de liderazgo. En esta ocasión, han sido los desencuentros entre quienes ganaron tan holgadamente las dos últimas elecciones los que les han cogido con el pie cambiado, aún sin líder natural y recomponiéndose de las repetidas malas noches electorales. Así que, en cierto modo, se han visto arrastrados por la corriente Gotor-García Granda y forzados a tomar posiciones.

Pedro Sánchez Lazo, director del Departamento de Bioquímica, vicerrector de Investigación con Juan Vázquez y constante aspirante al Rectorado, ya ha empezado, sin pausa pero sin prisa, a tantear el terreno, mientras que algunas miradas se han vuelto hacia Ignacio Villaverde, catedrático de Derecho Constitucional y secretario general en el equipo de Vázquez. Para el hoy secretario del Consejo Social de la Universidad, 2013 es un año muy tempranero, pero, sin duda, 2016 presenta horizontes mucho mejores.

En cualquier caso, por una vez la oposición ve los toros desde la barrera. La guerra, académicamente cruenta, está ahora en el otro lado.

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