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R. MUÑIZ
Lunes, 10 de junio 2013, 09:52
Los 20 acuíferos afectados por las obras de la variante ferroviaria de Pajares han perdido entre el 15 y el 100% de sus aguas. Así lo reconoce Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) en un reciente informe en el que señala que los túneles construidos para dicha infraestructura desaguaban 280 litros por segundo en enero de 2007 pero apenas cuatro meses después la situación se había agravado al constatar que el caudal trasvasado era ya de hasta 480 litros por segundo. Las filtraciones, junto al desplazamiento de una de las laderas, son en este momento el gran dolor de cabeza de los responsables del Ministerio de Fomento adscritos a esta obra en la que se llevan invertidos 3.200 millones de euros y sobre la que no hay una fecha de entrada en servicio.
El subsuelo que discurre entre León y Asturias está deparando a los ingenieros más de una desagradable sorpresa. Fomento lleva varios meses buscando una solución idónea que no sólo permita controlar la entrada de agua de los acuíferos atravesados, 20 en total, sino que también dote a la variante de la seguridad suficiente para su normal funcionamiento. Tal y como adelantó ayer EL COMERCIO, por boca de Eduardo Pradera, el ingeniero que está rediseñando la obra en la ladera de Campomanes -la que presenta problemas de argayos-, «el suelo afectado por la variante es un revoltijo y era muy difícil acertar sólo con sondeos y catas» previos. 'Coser' la ladera es una de la opciones. También muros pantallas con pilotes o anclajes en taludes.
Según se recoge en el documento técnico de Fomento titulado 'Hidrogeología de los túneles de Pajares', se ha podido constatar que un total de trece arroyos han perdido parte de su caudal, al igual que otros trece tramos de río. Asimismo, desde que se inició la ejecución de los trabajos, hace ahora nueve años, se produjeron siete colapsos de terreno y siete poblaciones han tenido serias dificultades de abastecimiento de agua debido al trasvase oculto de León a Asturias que provocó el tener que atravesar los acuíferos.
Villamanín, pozos secos
Los vecinos de la localidad leonesa de Villamanín han sido uno de los grandes perjudicados. Cuando entró una de las tuneladoras los pozos de agua se vieron más que resentidos. De hecho, el pueblo tuvo que ser abastecido mediante cubas. Los responsables de Fomento explicó, entonces, que las dificultades tocarían a su fin cuando culminasen la perforación. Pero no fue así, ya que el trasvase de agua hacia Asturias continúa y parece que técnicamente ya no tiene vuelta atrás. Estimaciones del departamento de Ana Pastor dan cuenta de un traslado de hasta 12 hectómetros cúbicos al año desde la cuenca del Duero al Cantábrico.
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