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RAMÓN JULIO GARCÍA
Lunes, 27 de mayo 2013, 09:58
El Real Oviedo toma ventaja en la primera eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División. Los hombres de Carlos Granero, arropados por más de 19.000 aficionados en las gradas del Carlos Tartiere, se impusieron ayer por 1-0 al Albacete con un gol de Héctor Simón. El resultado, en cualquier caso, deja abierta la eliminatoria una semana más y hace que se decida el próximo domingo en el Carlos Belmonte. Los azules despacharon un buen encuentro y pasaron pocos apuros, pero los manchegos fueron un equipo sólido que demostró virtudes para que el duelo pueda caer de cualquier lado.
La alineación del Real Oviedo no presentó ninguna novedad en relación con lo previsto a lo largo de la semana. Héctor Simón formó pareja con Aitor Sanz en el centro del campo y Manu Busto fue el acompañante de Cervero en el ataque.
El conjunto local salió de inicio a por el partido y en los primeros minutos del encuentro ya encerró en su campo a un Albacete que, aunque quería adelantar líneas y presionar desde arriba, no podía ante el empuje de los ovetenses. Los casi 20.000 espectadores que poblaban la grada ayudaban a los suyos desde el inicio. Los de Granero ganaban todas las disputas y, sin un juego brillante, presionaban desde arriba y lograban que el encuentro se desarrollara en el campo del conjunto manchego. En ocasiones, a los azules les faltaba pausa en el centro del campo y algo más de combinación en el centro, donde no encontraban a Manu Busto, el único que parecía capaz de tener criterio para buscar a Cervero.
El trabajo de los azules en el centro del campo hacía que todas las jugadas de ataque murieran en la medular. Sin embargo, los de Luis César Sampedro dispusieron de la primera ocasión clara de gol del encuentro. Una acción en la banda derecha acabó en un centro al área, donde Calle, de espaldas y de chilena, enganchó un remate que Orlando Quintana envió a córner en una magnífica intervención.
Los azules seguían controlando el partido y haciendo que los minutos transcurrieran en el campo visitante. Las ocasiones no llegaban, pero rondaban la portería del guardameta Campos. La primera ocasión de los locales llegó en un lanzamiento de falta de Manu Busto desde el vértice del área que se estrelló en el lateral de la red.
Aunque Orlando Quintana estaba teniendo una tarde tranquila, el Albacete tenía cierta facilidad para la contra y en algunas salidas amenazaban a la defensa azul, que se mostraba contundente. La presión de los azules se tradujo en jugadas con peligro, sin claridad, pero con la sensación de que en cualquier momento podía llegar el gol para los azules. La primera oportunidad clara llegó a la media hora de partido. Manu Busto llegó a un balón al borde del área y enganchó un rechace para que Campos se viera obligado a despejar a córner en una buena intervención.
Aitor Sanz y Héctor Simón se imponían en el centro del campo y eran capaces de destruir todo el juego creativo de los manchegos, que no acababan de entrar en el partido. La presión de los azules tuvo su fruto en el último minuto del primer tiempo. El Oviedo sacó de banda y el balón acabó cayendo al borde del área, donde Héctor Simón remató según le cayó y mandó al fondo de la red, adelantando al Oviedo en el marcador y haciendo justicia a lo que se había visto en el la primera mitad.
En la primera jugada de la reanudación, el Albacete dispuso una clara ocasión en un remate de Calle, tras un saque de falta, que se estrelló en la parte exterior del poste de la portería de Orlando Quintana.
El partido mantuvo en el inicio de la segunda mitad la misma tónica de la primera, con un Oviedo volcado en atacar, tratando de tapar la salida de balón del conjunto manchego desde su propio campo y dificultando las combinaciones en el centro del campo. Sin embargo, poco a poco, el Albacete iba siendo capaz de que el balón le durara más en los pies e ir llegando a las cercanías del área de Orlando Quintana, aunque sin crear demasiado peligro para el meta canario.
Demasiadas precauciones
El partido entró en una fase de indefinición entre dos equipos que dudaban del resultado para el encuentro de vuelta. Ni ovetenses ni albaceteños no parecían tener claro si el marcador era suficiente para la vuelta y ninguno de los dos era capaz de irse de forma definitiva a por el gol.
El técnico visitante fue el primero en mover ficha y dio entrada en el campo a Tete y Samu en lugar de Víctor Curto y Jorge Díaz, mientras que Granero retiró del campo a Manu Busto, que trabajó bien pero no estuvo afortunado con el balón, para que entrara en el campo Josep Señé.
El partido bajó en intensidad por el cansancio de los dos equipos, pero eso no hizo que disminuyera la tensión en el terreno de juego ni, mucho menos la presión y apoyo desde la grada. El cansancio iba propiciando algunos errores y que fueran apareciendo espacios para los contraataques. El Albacete tuvo una buena oportunidad a tres minutos del final en un lanzamiento de falta de Rocha desde el borde del área, que salió fuera por poco.
El Real Oviedo, pues, cumplió en su primer compromiso, aunque no con suficiente holgura para que el partido de vuelta en Albacete, que se jugará el domingo, a las ocho de la tarde, sea un trámite como todos quisieran.
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