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JAVIER FERNÁNDEZ
Sábado, 25 de mayo 2013, 05:02
«Es la primera vez, en todo el mundo, que se consigue un avance como éste», comentaba ayer satisfecho Edelmiro Menéndez, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del HUCA. Tras casi cuatro años de trabajo, el departamento que dirige -en colaboración con investigadores del Instituto de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA)- ha logrado sacar adelante el descubrimiento de «alteraciones moleculares» de los diferentes subtipos de cáncer de tiroides, lo que ayuda a comprender mejor esta clase de tumores y permite «abrir la puerta a nuevos marcadores de diagnóstico y pronóstico».
El trabajo, que ha estudiado un total de 114 casos y en el que también han participado otros grupos de investigación españoles, ha sido ya transmitido a la comunidad científica internacional gracias a su publicación en la revista científica de la Sociedad Norteamericana de Endocrinología, toda una institución en la materia.
El salto se ha dado en el campo de la epigenética que, explica Mario F. Fraga, jefe de la unidad dedicada su estudio en el IUOPA y colíder del proyecto, comprende «modificaciones químicas que regulan las funciones de los genes». Gracias al seguimiento de esos cambios, se ha logrado descifrar por primera vez qué alteraciones responden a cada uno de los cuatro subtipos de cáncer de tiroides más frecuentes: folicular, papilar, anaplásicos y medular. Esto permitirá, en avances futuros que ya se están poniendo en marcha, tratar, seguir y pronosticar este tipo de tumores. Algo que beneficiaría especialmente a los pacientes afectados por los más agresivos, como el anaplásico, que tiene una alta mortalidad durante los seis primeros meses. Antes de entrar en el quirófano, explica Edelmiro Menéndez, podría obtenerse una información mucho más exhaustiva sobre la operación, favoreciendo así tanto al médico como al paciente.
Este tipo de tumores, que son los que se dan con mayor frecuencia en el grupo de los endocrinológicos -aquellos que dañan a las glándulas que generan hormonas, como el páncreas o la tiroides- no afecta a muchas personas en Asturias. La sufren entre 60 y 80 personas al año, aunque su incidencia en la región está por encima de la media del país. Algo que, explica Menéndez, se debe al bocio endémico que afecta al Principado y a Galicia.
Víctimas de los recortes
La presentación de ayer fue motivo de orgullo y alegría para los investigadores del HUCA y el IUOPA pero, en respuesta a los periodistas, Fraga puso un punto amargo a la cita al abordar el tema de los recortes en investigación: «Los estamos sufriendo permanentemente pero mantenemos el tipo», destacó el científico. Se mostró consciente de las dificultades que impone el contexto económico y expuso que, al igual que el resto de actividades que dependen de las arcas del Estado, «tenemos que vernos afectados». Matizó, no obstante, que «se pueden realizar ajustes, pero tienen que ser muy finos porque se corre el riesgo de destruir el sistema».
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