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G. D. -R.
Miércoles, 15 de mayo 2013, 04:43
Los trabajadores de la fábrica de armas de Trubia se concentraron ayer ante los despachos de la dirección del centro, mientras los delegados sindicales entregaban una carta en nombre de uno de los despedidos en la que se pedía la dimisión de los jefes de la factoría, por su papel en la regulación de empleo impulsada por General Dynamics. «Es la primera, entregaremos una por cada compañero hasta sumar las 55», explicaron fuentes del comité de empresa.
Los empleados se concentrarán cada día de 10.00 a 10.15. Es una protesta, pero ahora «es el tiempo de estar con los despedidos», a los que convocarán a una reunión para brindarles «todo el apoyo» sindical a las demandas individuales que presentarán contra la extinción de sus contratos. «55 contratos, para una empresa como esta, no son nada, por eso pedíamos que los pasaran al ERTE», por el que otros 213 trabajadores dejarán la planta en rotación hasta 2015, explicaron las mismas fuentes.
Política
General Dynamics justificó el despido del 40% de su plantilla en la reducción del gasto del Ministerio de Defensa, su principal cliente. Pero los recortes no han sido iguales para todos. Algunos programas militares siguen adelante, mientras que aquellos a los que fiaba Trubia su futuro han sido aplazados 'sine die', como el 8x8, o reducidos, como el Leopard 2E. Al comité, un panorama tan desigual y tan negro le preocupa. «Tememos que esto no sea sino el primer paso para el cierre». ¿Retomarán las movilizaciones? «Vamos a seguir peleando, aunque desde el punto de vista de las responsabilidades políticas», recabando apoyo para que la actual regulación no sea el preludio del fin de la industria armamentística en Asturias.
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