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La plantilla de la fábrica de Trubia se reduce aún más con 55 despidos forzosos. :: MARIO ROJAS
«Es muy triste; por primera vez en la historia entregan cartas de despidos»
Oviedo

«Es muy triste; por primera vez en la historia entregan cartas de despidos»

La tensión y la pena inundan la fábrica de armas tras recibir las cartas de los 55 despidos forzosos, «algo que nunca debía haber pasado»

SUSANA NEIRA

Domingo, 12 de mayo 2013, 14:04

«Es algo que nunca había visto en Trubia, es un día muy triste; por primera vez en los 200 años de historia de la fábrica se entregan cartas de despido». Con mucha desolación contó ayer Jorge Riera, secretario de organización de la sección sindical UGT, la larga jornada vivida en la fábrica, donde pasó la mañana concentrado con sus compañeros, viendo cómo los jefes de los departamentos llamaban a los afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para conducirlos a dirección y notificarles que dejaban de formar parte de la plantilla de manera forzosa y sin vuelta atrás. A partir de ahí, la difícil llamada a sus familias, recoger sus pertenencias tras - en muchos casos tras más de 30 años de vinculación laboral y personal con la factoría-, y el lunes, la obligación de quedarse en casa. Así hasta 55.

El ambiente de tristeza invadió todos los rincones de la fábrica de trubieca, donde tras casi tres meses de lucha para defender el empleo había poco que decir. Solo quedaba arropar a los ya desempleados: «Hay muchos dramas familiares y gente con 50 y 51 años que se tiene que marchar de la noche a la mañana y que dentro de dos años se queda sin cobertura. La situación es terrible para todos», añadió. «Hoy lo prioritario es acompañarlos», subrayaron desde CC OO.

La pena se alternó ayer con la tensión y el enfado por las formas y por el fondo. «Esto nunca tenía que haber pasado; para una empresa que da beneficios a nivel mundial, 55 trabajadores son asumibles», reflexionó Riera. A juzgar por la decisión de General Dynamics, consideran que no ha habido un perfil concreto a la hora de seleccionar a los que se marchan entre una plantilla de 600. Se repartió entre los distintos departamentos, aunque algunos como el de Calidad quedarán prácticamente desiertos. Se van docena y media de obreros. En otros, solo han quedado los jefes.

Los despidos de ayer forman parte de una larga lista que terminará de completarse a finales de junio, cuando General Dynamics finalice su calendario de recortes: a las 55 rescisiones de contratos se sumarán otras 184 salidas de bajas voluntarias (que se ejecutarán el día 17 de mayo) y las jubilaciones anticipadas (la semana siguiente), a lo que seguirán los otros 213 afectados por el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en junio.

A nivel nacional se marcharán finalmente 593 personas, sobre un centenar menos de las previstas inicialmente por la multinacional americana. A pesar del alto grado de voluntariedad, una cuarta de parte (en concreto, el 27,7%) pasarán a engrosar las listas del Servicio de Empleo por obligación.

En toda España, según datos facilitados ayer por la empresa, se han entregado unas 70 extinciones de contratos en una jornada que reconocieron «dura» y «sin incidencias». Continuará el lunes.

Nueva etapa

Tras más de tres meses de lucha para evitar vivir un día como el de ayer, con numerosas concentraciones, encierros y marchas, a partir del lunes se abrirá una nueva etapa en la factoría con dos objetivos. El primero, ayudar a los perjudicados por el ERE, aportándoles asesoramiento jurídico. Los sindicatos estudian que cada afectado presente una demanda a nivel individual contra General Dynamics. Se sumarían a la denuncia presentada por la fábrica de armas de La Coruña, la única que lo ha hecho en España, para intentar anular tanto su cierre como los despidos.

El lunes también, con la cabeza más fría, empezarán a diseñar un calendario con nuevas movilizaciones. «No vamos a dejar tirado a nadie», insistieron desde los dos sindicatos mayoritarios. Proseguirán la lucha en respuesta a lo que «nunca quisimos que sucediera y para lo que propusimos muchas alternativas; pero ahora solo nos queda pensar que esto estaba más que planificado desde el principio por la empresa», lamentaron fuentes de CC OO.

Desde ayer, Trubia, donde ya se habían hecho más ajustes de plantilla pero nunca traumáticos, está más vacío. Y el panorama para los que quedan no es esperanzador: no llegan contratos de Defensa, ni ninguno de los negociados con otros países, para garantizar la continuidad.

A nivel nacional, CC OO denunció ayer su rechazo a estos despidos y advirtió de que «ponen de manifiesto el poco interés que tiene en mantener la actividad en nuestro país y la nula voluntad de plantearse alternativas para minimizar el impacto de la reestructuración sobre los trabajadores».

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