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Sábado, 4 de mayo 2013, 12:08
Las incesantes nevadas que muchos inviernos acababan sepultando Cercedilla, el pueblo de la sierra de Guadarrama donde se crió, le curtieron para triunfar después en un ambiente tan hostil como el que se respira entre las bambalinas de la televisión. El pequeño Toño se calzaba unas aparatosas tablas de esquí para deslizarse hasta el colegio por caminos helados junto a sus hermanos, cada cual con las orejas más amoratadas por culpa del viento gélido. El clima adverso de este pueblo de montaña situado a 1.200 metros siempre ha propiciado las reuniones junto a la lumbre, el acercamiento vecinal, el calor humano. «Las relaciones tan estrechas que se generan en un pueblo, esas relaciones de confianza, han influido mucho en mi profesión», revela Toño Sanchís (Madrid, 1973), uno de los representantes más solicitados por la farándula catódica de este país. La premisa principal de su agencia -Lorant (de su mujer, Lorena, que además es su socia, y su propio nombre, Antonio)-, es que los clientes también son amigos y que, «si no hay 'feeling', si no conecto desde el principio con ellos, no hay trato. Por eso mismo le he dicho que 'no' a artistas muy conocidos», presume.
Cobra el 20% de lo que ganan sus representados y le va muy bien. Hace más de 10 años pegó un buen 'pelotazo' fichando a dos de las estrellas de 'Pasión de Gavilanes'. Desde entonces, una trupé de famosos se ha encomendado a él, que le gusta diseñar las carreras de sus pupilos «desde la base». Su reputación alcanzó la cumbre con el fichaje de Belén Esteban, a la que sigue unido. Ahora busca entre estrellas emergentes como la exconcejal de Los Yébenes Olvido Hormigos , que ya ha posado para 'Interviú' yendo de su mano.
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